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Una juez de archiva la ablación de cuatro hermanas porque se hizo en el extranjero

Los médicos de atención primaria de Santa Cristina d'Aro denunciaron las mutilaciones

Cuatro hermanas de entre 4 y 13 años nacidas en España y residentes en Santa Cristina d'Aro (Girona) fueron sometidas el verano pasado a mutilaciones genitales durante un viaje realizado a Gambia (el país de origen de sus padres). A pesar de que un médico descubrió las ablaciones y una juez abrió diligencias contra los padres por un delito de lesiones, la investigación se ha archivado porque la ley española impide perseguir este tipo de delitos si son cometidos en el extranjero por extranjeros (los progenitores responsabilizan a los abuelos gambianos de idear y organizar la mutilación).

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Las fronteras de la mutilación

Fue un médico del Centro de Asistencia Primaria de la localidad de Santa Cristina d'Aro el que, durante una visita rutinaria, detectó la ablación realizada en una de las hermanas. Posteriormente, confirmó la sospecha de que las otras tres hermanas, todas ellas nacidas en Girona, habían sido sometidas también a la misma práctica durante un reciente viaje a Gambia. El médico presentó denuncia ante el juzgado y se abrió una investigación que no pudo ir mucho más allá de las declaraciones paternas.

Los progenitores de las cuatro niñas, que viven en España desde hace más de 13 años, aseguraron que no tenían ningún conocimiento de que durante su estancia en su país de origen sus hijas podían haber sido sometidas a la mutilación genital. Lluís Frigola, letrado de la familia, explicó ayer que los padres siempre han mantenido que fueron los abuelos de las menores, que viven en una aldea, quienes realizaron las mutilaciones a las niñas aprovechando una de sus ausencias. Frigola explica que tanto la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Sant Feliu de Guíxols, Eva Platero, como el fiscal dieron credibilidad a las explicaciones de los padres y coincidieron en que debía archivarse el caso porque no podía perseguirse un delito cometido en el extranjero. Las niñas no prestaron declaración durante el procedimiento.

Según el letrado, la pareja no fue consciente en ningún momento de las graves consecuencias que tendría para las menores la mutilación de sus órganos genitales, porque la ablación es un rito que forma parte de su cultura ancestral. 'Ellos lo encajaron como una cosa muy normal, nunca lo vieron como una salvajada', afirmó Frigola.

El letrado sostiene que la madre de las cuatro niñas también sufrió la ablación del clítoris cuando era pequeña.

Labor pedagógica

El presidente de la Audiencia de Girona, el magistrado Fernando Lacaba, explicó ayer que la única solución para poder luchar judicialmente fuera de suelo español contra esta práctica ancestral en determinadas culturas africanas y asiáticas sería, en caso de existir voluntad política, modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial para que estos hechos se persigan internacionalmente 'como se persigue el genocidio o el terrorismo'. 'La jurisdicción española no tiene competencias en los casos en que se producen estas ablaciones en el país de origen africano, porque estamos en presencia de un delito que comete un extranjero contra otro extranjero en un país extranjero', dijo el magistrado. No obstante, se dan determinados casos en que la justicia española sale de sus fronteras, pero son delitos muy específicos, denominados de jurisdicción universal, como el genocidio o determinadas formas de delitos de terrorismo, que sí son perseguibles. Pero, según el presidente de la Audiencia de Girona, 'el delito de ablación de clítoris, que es una monstruosidad, con el Código Penal nuestro, es un delito de lesiones y este delito, salvo que se cometa en España no se puede perseguir'.

Lacaba advirtió de que 'no puede impedirse a nadie viajar con sus hijos a su país de origen', sino que estima más efectiva una labor de 'pedagogía social y mentalización de estos colectivos'. El magistrado aventura también que podría ofrecerse a los inmigrantes algún tipo de documentación, como medida preventiva antes del viaje, en la que se haga constar que la mutilación del clítoris constituye un delito grave en España.

El destino de las cuatro hermanas quizás hubiera sido diferente si alguna sospecha hubiera permitido actuar antes de su partida de España. Así sucedió a mediados del año pasado, cuando un pediatra de Girona consiguió evitar que una niña de cuatro años fuera llevada a Senegal por sus padres para ser sometida a una ablación.

Un equipo multidisciplinario de Girona, en el que participan magistrados y médicos, debe elaborar próximamente un protocolo de actuación ante los casos de ablación. Uno de los objetivos de este documento es que todos los profesionales que estén en contacto con colectivos inmigrantes susceptibles de realizar este tipo de prácticas sepan cómo actuar ante una sospecha de mutilación o una ablación ya consumada.

Una curandera somalí muestra los instrumentos que utiliza para la ablación femenina.
Una curandera somalí muestra los instrumentos que utiliza para la ablación femenina.BERNARDO PÉREZ

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