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Entrevista:Alain Levy | Presidente de EMI Music

'El Gobierno español permite la piratería ilegal de discos'

El francés Alain Levy, de 57 años y con tres décadas de experiencia en la industria discográfica, se hizo el pasado octubre con la presidencia de EMI Music, la tercera de las cinco grandes multinacionales de la canción. Con la industria atravesando un momento especialmente grave tras la consolidación del disco compacto y el creciente pirateo musical, tanto físico como virtual, Levy inició desde su nuevo cargo un plan de reestructuración que llevará al despido a una quinta parte de la plantilla de EMI y a la ruptura de relaciones con 400 artistas de los 1.600 que controla el grupo británico. Partícipe en el seminario antipiratería que se celebró a finales de mayo en Madrid, Levy -entrevistado en su céntrico despacho de Londres- denuncia la pasividad del Gobierno de José María Aznar a la hora de atajar el problema. Además, asegura que los artistas españoles son los más perjudicados por la venta ilegal de discos.

'En Europa la gente piensa que la música es excesivamente cara y por tanto la roba'
'En Hong Kong se logró reducir la piratería desde el 70% al 20%'
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Pregunta. España es, después de Grecia y Portugal, el mercado europeo más afectado por la piratería comercial. ¿A qué se debe esta situación?

Respuesta. El Gobierno español está permitiendo la piratería. En países, como el Reino Unido, Francia y Alemania, el cumplimiento de la ley se vigila con extremada severidad. No soy un experto legal para determinar cómo o cuándo la policía debe intervenir, pero las leyes se promulgan para ser respetadas. Los robos contra la propiedad se consideran un crimen, pero la venta de un disco pirata no se percibe en el mismo nivel de criminalidad.

P. ¿Debería atajarse el problema desde el ámbito de la Unión Europea (UE)?

R. Se podría actuar a nivel de la UE, pero la comunidad europea todavía no ha descubierto que existe un problema con los derechos de protección intelectual. En este momento, es importante actuar a nivel local. Recurriremos a Bruselas también, pero si la mayoría de los países europeos aguardan a que la UE dé el primer paso se verán en una situación desesperada.

P. ¿Qué porcentaje del 11% en el descenso de las ventas globales de EMI puede atribuirse a la piratería?

R. La piratería no se puede medir. Influyó en Latinoamérica particularmente y también en Europa, donde las ventas cayeron un 4%. En España, al menos la mitad de la contracción del mercado se debe a la creciente piratería. Esto repercute en los artistas. Así, el año pasado, se lanzó un 38% menos de discos de artistas griegos que tres años atrás y, en España, se registró un descenso del 33% en el número de artistas locales con discos de oro.

P. ¿Están contribuyendo las discográficas al auge de la piratería con su negativa a reducir el precio de los compactos?

R. No se puede culpar a la industria. Hay leyes y deben cumplirse. El precio es irrelevante. El consumidor tiene derecho a no comprar un disco compacto en las tiendas, nadie le fuerza a ello.

P. Por ello descarga quizá música gratuitamente en Internet o la adquiere a un precio más reducido en puestos callejeros.

R. No la obtiene gratis, sino que la roba. En Europa, la gente piensa que la música es excesivamente cara y, por tanto, la roba. Los automóviles en Inglaterra también son caros, pero el precio no es una justificación para robarlos.

P. Encuestas en EE UU sugieren que un alto porcentaje de internautas no son conscientes de que descargar una canción supone con frecuencia un acto ilegal.

R. En este punto sí que debemos culpar a la industria. Nuestro trabajo de relaciones públicas ha sido muy pobre. No hemos explicado bien a los consumidores que comprar discos piratas es un robo semejante al hurto de otros productos. Hay que tener en cuenta que el problema se limitaba a Asia y Latinoamérica y sólo recientemente ha crecido en Europa, en el sur principalmente. La Asociación Fonográfica y Videográfica Española (Afyve) reaccionó probablemente con lentitud. Yo llevo desde octubre en EMI y visité España al mes siguiente, pero sólo descubrí la seriedad del problema el pasado enero. Es cierto que la industria ha reaccionado con retraso pero yo creo en la redención y los errores del pasado no tienen por qué repetirse.

P. ¿Qué puede hacer la industria?

R. Persuadir a los gobiernos de que apliquen la ley. La piratería física puede contenerse fácilmente. Tenemos la experiencia de Hong Kong, donde se logró reducir desde el 70% al 20%.

P. ¿No se deberían hacer más atractivos los discos compactos incorporando videoclipes o videojuegos a su contenido y mejorando la información y diseño de las carátulas?

R. Incrementar el valor del disco con extras no es la cuestión. Nos enfrentamos a una actividad criminal de reproducción industrial de un producto. No tardarían mucho en copiar todos los extras que podamos introducir.

P. Los sistemas de protección de los compactos están dando pobres resultados y, en algunos casos, dañan el ordenador. ¿Debe pagar el consumidor por el fracaso de la industria en contener la piratería?

R. Algunos de nuestros competidores no expusieron con claridad las limitaciones de estos primeros sistemas. Hay que mejorar el etiquetado y advertir de los riesgos. Los nuevos sistemas serán mucho más inocuos para el consumidor.

P. ¿En que sentido?

R. El CD podrá escucharse en cualquier soporte y el mecanismo de seguridad se programará para facilitar la grabación de la música a un soporte digital una o dos veces.

P. Dos copias por CD. ¿Es éste el compromiso al que ha llegado la industria sobre la utilización justa de un disco?

R. Se trata de ajustarse a la ley y proteger el uso personal de un CD. Si permitimos más de dos copias entramos en lo que yo denomino síndrome del pirateo, por el que se hacen cinco copias para vender cuatro. Para agraciarnos con el consumidor, probablemente permitiremos dos copias. El debate se centra en una o dos reproducciones porque cuantas más copias autorizadas, más oportunidades ofreces a la gente para que venda las restantes.

P. ¿Se ha perdido la confianza en el consumidor hasta tratar a cada cliente como un potencial corsario?

R. Sólo estamos insertando una llave en el disco para que la gente no pueda robarlo. El CD es para uso personal, no para grabarlo y regalar copias a los amigos.

Alain Levy.
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