Bruselas propone un plan de pesca que obliga a España a desguazar 1.800 barcos

La Comisión Europea adoptó ayer la propuesta del comisario de pesca, Franz Fischler, para reducir las capturas de pesca entre el 30% y el 60%. La decisión, tomada con fuertes divisiones en el seno de la Comisión y que deberá ser aprobada por el Consejo de Ministros de Agricultura para su entrada en vigor el próximo 1 de enero, supone el desguace de 8.600 barcos (el 8,5% de la flota) de los que 1.800 corresponden a España. La propuesta, que eliminaría 7.000 empleos anuales en los próximos cuatro años, es rechazada por España, Francia, Portugal, Italia y Grecia, que la bloquearán.

Con un mes de retraso, el Colegio de Comisarios abordó ayer el delicado y conflictivo debate sobre el futuro del sector pesquero. Franz Fischler presentó un documento en el que apenas se recogían cambios sobre los proyectos iniciales. La propuesta, que supone un auténtico mazazo para España como potencia pesquera, fue aprobada con el voto de 16 de los 20 miembros del Ejecutivo. El único presente que se opuso frontalmente fue el comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes. Las reservas del comisario portugués António Vitorino, del francés Michael Barnier y de la griega Anna Diamantopoulou fueron más matizadas.

La vicepresidenta, Loyola de Palacio, estuvo ausente 'por una cuestión de agenda', aunque antes envió una nueva carta a su colega Franz Fischler para expresarle su inquietud por la reforma y calificarla de 'una provocación'. Tampoco votaron el británico Chris Patten, el francés Pascal Lamy y el holandés Frits Bolkestein. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, se limitó a indicar que la reforma es necesaria para la supervivencia del sector y aseguró que se está 'actuando en el interés común europeo'. Fischler, por su parte, destacó que la flota española y portuguesa tendrán 'acceso no discriminatorio ' a las aguas del Mar del Norte desde 2003.

La pelota está ahora en manos de los ministros europeos de Pesca, que conocerán formalmente el plan el próximo 11 de junio en Luxemburgo y que, como suele ocurrir, terminan siempre dejando las propuestas de la Comisión en aguas de borrajas. Es más, la iniciativa cuenta de antemano con una minoría suficiente para bloquearla, formada por los países 'amigos de la pesca', España, Francia, Portugal, Grecia e Italia. Los principales puntos del plan son:

- Drástico recorte. Bruselas plantea una disminución de entre un 30% y un 60% de la capacidad de la flota. Se prohíben los apoyos a la modernización, a la exportación de barcos a terceros países y a la creación de sociedades mixtas y esas ayudas se orientarán hacia el incentivo de los desguaces de un 20%. Si se construyen nuevos barcos, deberá compensarse con la retirada de una capacidad equivalente y sin contar con ayuda económica. A cada Estado miembro se le exigirá que garantice el equilibrio entre el esfuerzo pesquero y los recursos disponibles. Y habrá además medidas extraordinarias para las flotas que pesquen especies en peligro de extinción, como el bacalao o la merluza. El impacto supone el desmantelamiento de 8.600 barcos, 1.800 en España, (el 8,5% de la flota) y de 7.000 empleos anuales en los próximos cuatro años. El sector en España emplea a más de 400.000 personas entre embarcados (68.000) e indirectos. - Control más eficaz. Bruselas plantea que se armonicen los sistemas de vigilancia y de sanción para controlar la actividad de los barcos y el tiempo que pasan en el mar, utilizando las nuevas tecnologías disponibles. Se quiere crear una estructura común de control pesquero.

- Pesca ilegal. El Ejecutivo comunitario pide a los Estados miembros que refuercen la lucha contra la pesca ilegal, actividad que supone una amenaza para los recursos pesqueros.