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Latinoamérica reprocha a la UE su proteccionismo comercial

Bolivia pide, al finalizar la cumbre, facilidades para vender los cultivos sustitutivos de la coca

Las quejas de los países latinoamericanos por las dificultades que encuentran para vender sus productos en el mundo desarrollado, caballo de batalla de la II Cumbre Unión Europea-América Latina y Caribe celebrada el viernes en Madrid, apuntaron ayer directamente a Europa cuando los países andinos, y en menor medida los centroamericanos, manifestaron su frustración por la resistencia de los Quince a negociar un acuerdo de asociación. La UE ha dejado claro que no prevé hablar de verdadera apertura comercial con estos 12 Estados al menos hasta 2005.

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'Nosotros querríamos empezar a negociar mañana mismo. Hemos dejado claro que nos interesa la máxima celeridad posible', dijo el presidente de Bolivia, Jorge Quiroga, presidente de turno del Pacto Andino, durante la conferencia de prensa que siguió a la cumbre de esa organización regional con la UE. El Pacto Andino agrupa a Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú. El presidente venezolano, Hugo Chávez, no asistió a la reunión, según subrayó el presidente del Gobierno, José María Aznar.

Los Quince, sin embargo, rechazaron la posibilidad de iniciar negociaciones para un acuerdo de asociación, que implica una apertura sustancial de mercados, con el Pacto Andino. Tampoco las aceptaron con los siete países de Centroamérica. En su lugar ofrecieron a unos y a otros relanzar el diálogo político y sobre cooperación, con vistas a reconsiderar la negociación del acuerdo después de 2004, cuando la UE considera que ya se habrán aplicado los compromisos enunciados por la Organización Mundial del Comercio, el pasado mes de noviembre en Doha.

Andinos y centroamericanos gozan ya de un sistema de preferencias generalizadas de la UE, asociado en el caso de estos países a los avances en la lucha contra el narcotráfico, que incluye un régimen especial relativo a las drogas en virtud del cual el 90% de las exportaciones andinas pueden entrar en la UE libre de aranceles, asegura la Comisión Europea. Pero la realidad debe estar lejos de esos cálculos, pues Quiroga, que afirmó que Bolivia ha logrado reducir en un 60% la producción de coca, denunció que 'es inútil promover cultivos sustitutivos si luego no se abren los mercados a esos nuevos productos'. Su queja no es muy distinta, pese a la diferencia de contextos, de la que formuló el pasado viernes el ministro argentino de Asuntos Exteriores, Carlos Ruckauf, cuando dijo que 'Argentina no viene aquí a pedir dinero, no quiere limosna, sino poder vender libremente en Europa sus productos, que muchas veces son mejores que los europeos'.

Refiriéndose al Pacto Andino, el presidente de la Comisión, Romano Prodi, dijo en la rueda de prensa, con cierto fastidio, que 'simplemente no es posible' negociar ahora el acuerdo de asociación. Portavoces europeos han razonado que los propios países andinos y centroamericanos serían los primeros perjudicados por una situación de libre comercio con Europa, ya que no podrían soportar la competencia. Este argumento ha hecho exclamar estos días en Madrid al presidente colombiano, Andrés Pastrana, que sus intereses son cosa suya y que no necesita que Europa se los proteja.

El primer ministro danés, Anders-Fogh Rasmussen, presidente de la UE a partir de julio próximo, dijo ayer que si los países ricos deben abrir sus fronteras, los pobres tienen que comprometerse a luchar contra la corrupción y sanear sus democracias. Aznar apoyó esta idea y afirmó que la voluntad europea de apertura es manifiesta.

Por otra parte, 1.000 personas, según la policía, y unos 3.000, según los organizadores, acudieron ayer a la segunda manifestación contra la cumbre de Madrid, informa Francisco Javier Barroso. La marcha, que contó con un férreo dispositivo policial, que se desplegó en varias salidas del metro y revisó las mochilas de los manifestantes, transcurrió sin incidentes. 'Otro mundo es posible' fue la consigna más coreada durante la manifestación.

CLAUDIO ÁLVAREZ

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