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Duisenberg afirma que las perspectivas de la inflación en la zona euro han empeorado

El BCE admite por primera vez que la puesta en circulación del euro afectó a los precios

En lo que algunos analistas interpretan como una advertencia tácita al sindicato metalúrgico e industrial alemán IG Metall, que ha convocado una huelga a partir del lunes en respaldo de un fuerte aumento salarial, el Banco Central Europeo (BCE) endureció ayer el tono de su mensual análisis de la economía. Advirtió de que ya no está tan seguro de que la inflación caerá por debajo del 2% en los próximos meses. Su presidente, Wim Duisenberg, admitió por primera vez que las presiones inflacionistas provienen no sólo del precio del crudo, sino también de la puesta en circulación del euro.

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De confirmarse esa estimación, la autoridad monetaria -que ayer mantuvo su tipo director en el 3,25%- podría encarecer el precio del dinero antes de finales de este año. Duisenberg venía sosteniendo desde finales del año pasado que la inflación cederá 'en los próximos meses' hasta quedar en una media inferior al 2% este año, y que el actual nivel de tipos resulta 'apropiado' para garantizar la estabilidad de precios a medio plazo, definida precisamente como un índice de precios al consumo armonizado en la zona euro (IPCA) del 2% como máximo. Ayer, sin embargo, para sorpresa de muchos, el holandés modificó su terminología en ambas cuestiones.

Para comenzar, el presidente del BCE ya no está tan seguro de que el actual tipo director del 3,25% siga siendo el indicado para los meses venideros. 'Sigue siendo apropiado, pero las incertidumbres en torno a nuestro análisis son mayores que nunca', afirmó en la mensual rueda de prensa en Francfort. Algunos operadores de mercado interpretaron este comentario como un aviso de que Duisenberg ya no descarta una próxima subida de tipos, hasta ayer prevista para el cuarto trimestre por los expertos.

Repunte del petróleo

Este paso podría precipitarse -septiembre sería una posibilidad, según varios analistas- por la evolución de los precios, cuyo control es el principal y casi único cometido del BCE. 'Ya no estoy tan seguro como antes de que la inflación caerá por debajo del 2% de media este año, aunque sí será cercana a este nivel', afirmó Duisenberg, antes de recalcar, como muchas otras veces, que el motivo fundamental para este retraso es el inesperado repunte de los precios del petróleo.

A ello, sin embargo, se agrega otra 'decepción', admitida ayer por vez primera por la autoridad monetaria, que en anteriores ocasiones siempre había restado importancia a un fenómeno muy sentido por los ciudadanos: 'El impacto, quizás mayor de lo esperado, de la puesta en circulación del euro en efectivo sobre el redondeo de los precios'. 'En principio', tanto estos efectos como la subida de los precios del petróleo, deberían ser pasajeros, pero el BCE teme que las tendencias alcistas acaben por 'arraigarse', por ejemplo, a través de fuertes aumentos salariales.

Cómo evolucione la inflación depende también del crecimiento, donde tampoco hay certezas. El BCE, por el momento, mantiene su pronóstico de que el producto interno bruto (PIB) de la zona euro volverá a aumentar a un ritmo entre el 2% y el 2,5% a finales de este año. Acto seguido, sin embargo, recalca más que antes las 'incertidumbres' que rodean la recuperación a nivel internacional. Optando también en este punto por un tono inusualmente duro, Duisenberg afirmó que el 'mayor riesgo' para la economía mundial radica en el 'insostenible' déficit por cuenta corriente de Estados Unidos (417.400 millones de dólares a finales del año pasado).

En el caso de que la economía europea no acabe por despegar del todo, también las presiones inflacionistas deberán ser limitadas. Otro factor que podría moderar el aumento de los precios, según Duisenberg, es la reciente apreciación del euro frente al dólar. Aunque ésta, muy a su pesar, se deba 'más a la debilidad de la moneda estadounidense que a la fortaleza de la divisa europea', debería 'ayudar a mantener la inflación bajo control', según el holandés.

Si la inflación media de este año supera el 2%, el BCE fraca-saría por tercer año consecutivo en garantizar la estabilidad de precios, tal y como ha sido definida por la autoridad monetaria.

Wim Duisenberg, durante una intervención en el Parlamento Europeo en diciembre pasado.
Wim Duisenberg, durante una intervención en el Parlamento Europeo en diciembre pasado.ASSOCIATED PRESS

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