La miel se enfrenta a la globalización
60.000 colmenas de un millar de apicultores catalanes producirán este año dos millones de kilos de miel
Es una de las ganaderías que genera menos volumen de negocio en Cataluña y, a su vez, de mayor importancia ambiental, según arguyen quienes se dedican a ella. Sin embargo, la apicultura se enfrenta en estos momentos a los problemas surgidos con el escenario de una economía globalizada: la feroz competencia de precios de las exportaciones de países en vías de desarrollo frente a la comercialización de un producto autóctono que busca su valorización a través de la calidad. Los apicultores catalanes reclaman una reglamentación rigurosa que evite la profusión de prácticas desleales que permiten bajar los precios.
Las cerca de 60.000 colmenas propiedad del millar de apicultores catalanes asociados producirán este año unos dos millones de kilos de miel en una campaña calificada de 'normal' por el sector. Una cuarta parte de esta cantidad procede de los apicultores del Perelló (Baix Ebre), un municipio con poco más de 2.000 habitantes. El sector de la miel factura anualmente unos dos millones y medio de euros.
La Administración cortó las importaciones de miel china por su alto contenido en antibióticos
'No somos importantes económicamente', sostiene el responsable del sector apícola de Unió de Pagesos, Josep Maria Margalef. Sin embargo, el sector se prepara ya para afrontar un salto cualitativo ante la presión que ejercen las importaciones a bajos precios desde países como Argentina, Brasil y México, paralela a la reclamación ante el Gobierno de la Generalitat para que regule estrictamente los criterios de calidad para su comercialización, un asunto pendiente desde hace más de tres años.
'Debemos continuar reclamando la calidad. Los acuerdos comerciales son inviables para nosotros. Nos piden que produzcamos calidad pero siempre estamos en manos de los comerciantes', arguye el presidente de la Cooperativa Apícola Tarraconense, Francesc Brull. Fue la cuestión de la calidad la que impulsó a la Administración a cortar por lo sano las masivas importaciones de miel china, por su alto contenido en antibióticos.
Pero el problema no se limita a estas importaciones. Un informe reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que analizó 35 marcas de miel, halló restos de antibióticos en 11 muestras. En el caso concreto de la miel de romero, el análisis arrojó un resultado aún más flagrante: de las 10 muestras analizadas que se identificaban como tales, cuatro productos (Anbar, Hacendado, Hijas del Sol y Mel Muria) contenían un porcentaje de polen de romero inferior al 10%. 'El informe de la OCU pone de manifiesto lo que ya sabíamos: impera el sistema de mercado y hace falta una legislación que hasta ahora no marca porcentajes. Por eso, para ofrecer miel de romero muy por debajo de su precio se cae en no respetar los criterios de calidad', dice Margalef.
Los apicultores del Perelló preparan un sello de calidad propio, independientemente de la Administración, que limite la producción por colmena y analice la calidad de las mieles con el objetivo de valorar un producto muy apreciado en los mercados francés y alemán, principales destinos de exportación de la miel catalana. Paralelamente, reclaman el reconocimiento en la función ecológica de su actividad más allá de prejuicios sobre los que a veces se han asentado reglamentaciones para la instalación de sus colmenas. 'Un 80% de las especies vegetales necesitan a las abejas para su polinización. Queremos que no se las vea sólo como insectos que pican sino que su actividad permita multiplicar por 20 el valor de la producción agraria', remacha Margalef.
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