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La crisis argentina provoca un efecto devastador en las actividades culturales

Museos, teatros y salas de exposiciones anulan sus actividades ante la devaluación del peso

El anuncio de la venta de una parte de la obra pictórica de la importante colección de Amalia Lacroze de Fortabat, La Señora, primera fortuna argentina, sacude el mundo de la cultura de este país y es una muestra más, puede que simbólica y, sin duda, significativa, de los efectos devastadores de la crisis económica. Cuando pasen a nuevas manos los cuadros, difícilmente se exhibirán en Argentina. La pintura, la música, el teatro, la literatura y, en definitiva, todo lo que conforma la cultura, acusan la falta de recursos ante el aumento de costes que está provocando la devaluación del peso.

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Evitar el abucheo

'La Señora no vende todo lo que tiene, apenas está vendiendo lo que ama', escribe la revista Noticias. Veinte joyas de la colección privada que la dueña del holding Fortabat tiene en sus casas de Buenos Aires, Grecia y Nueva York, saldrán a remate el próximo 8 de mayo en la subasta de primavera que Sotheby's dedicará al arte moderno e impresionista. Son obras valoradas entre 43 y 61 millones de dólares, que incluyen cuadros de Gauguin, Degas, Matisse, Pisarro y Miró. Loma Negra, líder cementera de Argentina y principal empresa del grupo, registra una alarmante caída en la cuenta de resultados de los últimos 12 meses. Su deuda bancaria y financiera supera los 400 millones, la mayoría en dólares. La fortaleza del cemento en épocas de prosperidad se tambalea ante las embestidas de la recesión.

'¿Qué nos ocurre a los argentinos que las pocas cosas buenas que nos pasan se nos escurren de las manos? ¿Por qué esas obras no se exhibieron ni se exhibirán nunca en el país?', pregunta Ana María Quijano, crítica de arte y columnista del diario Ámbito Financiero. En septiembre pasado estaba prevista la inauguración en Puerto Madero del museo Fortabat, que debería reunir lo mejor de su colección de 1.000 cuadros argentinos catalogados por el conservador Guillermo Whitelow. Las trabas del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires a la hora de aprobar los planos, la quiebra de la empresa constructora y las dificultades del holding dejaron sin terminar la obra del arquitecto Rafael Viñoly, autor del Forum de Tokio.

Amalia Lacroze de Fortabat, miembro de la junta del MOMA y del consejo directivo del Metropolitan Museum, amiga de los Rockefeller y de Alfred Taubman, dueño de Sotheby's, no es la única que ha tropezado con la intransigencia de los burócratas. Eduardo Costantini, dueño del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), también chocó con la resistencia de las autoridades urbanísticas, que argumentaban que su proyecto de museo no se adaptaba a los reglamentos de construcción. El museo, con una inversión de 25 millones de dólares, abrió las puertas el pasado 21 de septiembre después de una larga batalla legal. La colección permanente, propiedad de la Fundación Costantini, abarca unas 300 obras de destacados artistas latinoamericanos.

El MALBA ha empezado a sentir las consecuencias de la devaluación. El director Agustín de Arteaga ha dimitido y ha regresado a su México natal al comprobar que su sueldo en pesos vale tres veces menos de cuando un peso equivalía a un dólar. La decisión se aceleró tras la suspensión de dos de las grandes muestras previstas por el museo para la actual temporada: la exposición Roy Lichtenstein: imágenes reconocibles, aplazada indefinidamente, y la muestra conjunta de los artistas mexicanos Diego Rivera y Frida Kahlo, que estaba presupuestada en 800.000 dólares.

El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), el primero del país, ha cancelado la muestra de pintura española del siglo XVIII procedente del Reina Sofía, que tenía a Francisco de Goya como principal protagonista, y que estaba patrocinada por varias empresas españolas. Francis Reynolds, presidenta de la fundación Arte Viva, encargada de la exposición, explica que trasladar las obras a Buenos Aires tenía un coste de un millón de dólares. 'Ante la crítica situación que atraviesa Argentina, he decidido dedicar estos fondos a fines sociales, para desarrollar proyectos educativos y de empleo', dice. Antes tendrá que convencer a los patrocinadores, aunque 'la primera reacción de las empresas ha sido muy positiva', asegura Reynolds.

El teatro Colón de Buenos Aires.
El teatro Colón de Buenos Aires.REUTERS
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