Sanidad encuentra disolventes tóxicos en los filtros de Baxter
Los dializadores del lote contaminado causaron 11 muertes
El Ministerio de Sanidad continúa reuniendo argumentos para demandar en EE UU a Baxter. El último es el resultado de un análisis del Instituto de Salud Carlos III en el que se ha encontrado perfluoroheptano, un disolvente y aislante, en el lote 2001F05P5 de los dializadores Althane A-18 de la empresa. Baxter ha reconocido la asociación entre los filtros y 11 fallecimientos en España, y al menos otras 25 muertes en el mundo (21 en Croacia y cuatro en Estados Unidos).
Los fallecimientos españoles se produjeron en agosto pasado en Madrid (cuatro), Valencia (seis) y Barcelona (uno). Sanidad está preparando una demanda contra Baxter por 300,5 millones de euros por incumplimiento de contrato y el daño causado al Sistema Nacional de Salud al suministrarle material defectuoso. El ministerio no puede pedir indemnizaciones por las víctimas, ya que los familiares de cada fallecido aceptaron en noviembre una compensación de 55 millones de pesetas (330.557 euros) de la compañía a cambio de no emprender acciones judiciales.
Las conclusiones de los técnicos del Carlos III coinciden en parte con las obtenidas por las autoridades croatas y con las explicaciones del director de la compañía en España, Diego Manzanera. Éste ha reconocido que los dializadores estaban contaminados por un hidrocarburo fluorado. Manzanera achaca esta presencia a un fallo en la limpieza de los filtros después de que se arreglaran unas fugas.
Sustancias diferentes
Pero la sustancia identificada en cada país es diferente. Los croatas encontraron perfluoroisobuteno (un compuesto de cuatro átomos de carbono y ocho de flúor). Los analistas del Carlos III han detectado perfluroheptano (siete átomos de carbono y 16 de flúor).
El trabajo de los especialistas españoles se hizo comparando dializadores de dos lotes de Baxter (el 2001F05P5 relacionado con las muertes y el 2001F05R1) con otro de una compañía diferente (Idemsa), que actuó de patrón. Según los expertos, la inspección visual no encontró 'signos visibles de deterioro' en ninguno de ellos.
El olor sí era diferente: los dializadores de Baxter tenían un 'marcado olor acético [el del vinagre]'. También el tacto 'ligeramente untuoso' -en vez de 'seco y rugoso' como los filtros de Idemsa- indicaba un posible fallo. Además, su acidez era mil veces mayor que lo admitido por la Real Farmacopea Española para el acetato de celulosa. Este material se usa para fabricar las membranas de los filtros para que dejen pasar durante la diálisis los desechos que acarrea la sangre.
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