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La Feria del Libro de Buenos Aires abre como 'un palacio entre las ruinas'

Participan 27 países, frente a los 39 de 2001

Ayer se inauguró la 28ª edición de la Feria del Libro de Buenos Aires como 'un palacio entre las ruinas'. El huracán de la crisis que ha arrasado 300 librerías en los últimos dos años y ha dejado a gran parte de la industria editorial en estado terminal no ha podido con ella, a pesar de los fúnebres pronósticos. La feria, que se extenderá hasta el próximo 6 de mayo y que lleva por título Una ciudad de libros, se ampara en esta edición bajo una cita de Jorge Luis Borges: 'Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros, hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua. En lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros'.

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El tradicional discurso inaugural, a cargo de Hugo Levin, un librero de toda la vida y presidente de la fundación que organiza la muestra, ha recogido el espíritu de Borges en su mensaje y adelantó que iba a ser 'duro' con el Gobierno. 'Esta feria, casi un palacio entre las ruinas, es un acto de resistencia. Resistencia ante un Estado que persiste en su indiferencia'. Posteriormente señalaría que 'parece increíble que quienes tienen la responsabilidad de conducirnos no comprendan que no hay un país posible sin una política cultural que tenga como actor central al libro, al universo intelectual y empresarial que lo gesta, y que apueste por la promoción de la lectura. La Ley del Libro, sancionada por el Parlamento argentino durante la anterior gestión, hoy está truncada por los vetos del poder ejecutivo nacional. Actualmente, ante la insistencia en su sanción por parte del Senado, la ley está en la Cámara de Diputados, esperando también su ratificación. Dicha ratificación la convertiría en ley vigente. Como todo el sector, nos preguntamos ¿qué están esperando y por qué tal dilación?'.

Los organizadores creen que este año serán muy pocos los legisladores, dirigentes políticos y funcionarios que se atrevan a visitar la feria por temor a los insultos y a la reprobación masiva del público. A pesar de que al acto de apertura sólo pueden asistir la prensa y los invitados especiales, los organizadores no podían asegurar ayer, como es tradicional, la asistencia del presidente, Eduardo Duhalde, aunque estaba confirmada la del jefe de Gobierno de Buenos Aires.

La feria, montada nuevamente en el centro de exposiciones de la Sociedad Rural en el corazón del barrio de Palermo, al norte de la ciudad, será, como lo ha sido siempre, la caja de resonancia del debate social. En un cartel estarán los nombres de los 157 diputados responsables de votar la Ley del Libro; los que ya adelantaron la aprobación serán distinguidos con una señal verde; los que se niegan, con una en rojo, y los que aún no respondieron a la encuesta, con un cartón negro, para que el público conozca a los responsables de la demora. Habrá espacios para que le gente escriba su opinión en las paredes sobre el estado de las cosas, mesas de recolección de firmas a cargo de ONG y se esperan espontáneas asambleas de público y vecinos. Los dirigentes piqueteros, grupos de choque de los desocupados que cortan rutas en todo el país, participarán en el acto de presentación de un libro sobre la historia del movimiento.

Los expositores no tienen demasiadas expectativas sobre las ventas, no creen que la feria pueda ser 'una isla' recortada de la realidad. La devaluación del peso en un 200% en enero provocó un aumento del 20% en los precios de los libros impresos en Argentina y las ventas del primer trimestre disminuyeron un 60% con relación al mismo periodo de 2001. Las tiradas se redujeron a 2.000 ejemplares. Las publicaciones que llegan desde el exterior triplicaron el precio. La propia feria, que el pasado año era de acceso casi gratuito porque contaba con un subsidio del Gobierno de Buenos Aires, debe cobrar ahora dos pesos la entrada. El presupuesto para la organización se redujo un 25% y participan 27 países de los 39 que levantaron puestos el año pasado.

El cantante y compositor español Joan Manuel Serrat, invitado especialmente por 'su trayectoria ética irreprochable' y por ser 'un amigo incondicional' de Argentina, era esperado como uno de los protagonistas del arranque de la feria junto con el autor argentino Roberto Fontanarrosa. Además de Serrat, que dialogará con el público, se someterá a entrevistas públicas y participará de la lectura colectiva del Martín Fierro, en la cartelera de invitados destacan Paul Auster, Marcela Serrano, Carlos Monsiváis, Wei Hui, Enrique Rojas y Tomás Eloy Martínez.

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