Caracas despierta con saqueos
La salida de Chávez del poder provoca violentos enfrentamientos entre sus partidarios y los del nuevo Gobierno
Ni el luto de los caraqueños por los primeros 16 mártires de la democracia, muertos a balazos el pasado jueves por manifestarse en la calle contra el ex presidente Hugo Chávez -ayer aumentaron en uno, al morir uno de los heridos que estaban hospitalizados-, ha podido frenar nuevos enfrentamientos violentos entre los partidarios del ex mandatario y los del Gobierno de transición que el viernes pasado asumió el mando, encabezado por el empresario Pedro Carmona.
El cambio inesperado e intempestivo de Gobierno, cuya legitimidad aún está por aclararse ante la opinión pública, ha despertado reacciones encontradas entre los venezolanos.
La mayoría se lo ha tomado con calma, a la expectativa de lo que pueda pasar. Pero el sector duro de los chavistas no acaba de aceptar que su líder haya renunciado a la presidencia y, por su parte, la antigua oposición no ha comenzado a hacer modificaciones en el sistema legal, a pesar de haberse marchado ya el ex presidente.
La policía reprime las revueltas con gases lacrimógenos y disparos de perdigones
[Varias zonas de Caracas, especialmente el centro de la ciudad y algunos barrios populares, vienen sufriendo desde el viernes disturbios y saqueos en los comercios, sin que se conozca si hay víctimas, según testigos presenciales, informa Efe.
En el centro de la capital venezolana, la policía reprimió ayer las revueltas con gases lacrimógenos y disparos de perdigones. El enviado especial de Televisión Española, Juan Restrepo, testigo de los incidentes, indicó a esta agencia que varios grupos de personas protagonizaron escenas de mucha tensión en el centro de Caracas. 'Con especial agresividad a los periodistas', dijo].
La mayoría de los medios de comunicación venezolanos no han informado sobre los disturbios. En parte porque los periodistas son agredidos por los manifestantes, que consideran que la prensa es enemiga del anterior Gobierno, lo que dificulta que tomen imágenes.
En pleno centro de Caracas, Germán Moreno, de 28 años y vendedor ambulante, sostenía ayer: 'Daría la vida por Chávez. Lo apoyamos hasta el final. La gente de los barrios de los cerros bajará. Vamos a protestar en la calle para exigir una declaración de renuncia de nuestro presidente, que ha sido secuestrado por la actual junta. Que nos dé una explicación porque el pueblo ha confiado en él'.
José Marrero, de 50 años, señala en cambio que el ex presidente debió convocar un referéndum para evitar la matanza. 'Ví tantos muertos. Lo malo es que los pobres somos los que pagamos los platos rotos', añade.
Para Leandro García, de 48 años, no tiene ninguna importancia si Chávez renunció o fue forzado a dimitir. 'El cambio de Gobierno, si es para mejorar, bienvenido sea, pero si falla lo volvemos a sacar así como lo pusimos'.
Lo mismo piensa Dulcina Rojano, de 40 años y empleada doméstica: 'Dios permita que el nuevo Gobierno beneficie al país, que haya trabajo y seguridad personal. Chávez cayó de una manera inesperada. El pueblo sabía que era un terrorista y dejarlo por más tiempo en Miraflores era un peligro. Pero tiene que pagar los muertos de la matanza. A ver si se arrepiente porque no supo gobernar'.
Para Luisa Bonilla, de 80 años, es 'bueno que lo hayan sacado'. En su opinión, el presidente se lo ha buscado. 'Nos tenía cansados con sus cadenas televisivas. Se había peleado con todo el mundo: con la iglesia, los empresarios, los sindicalistas, los periodistas. He visto a la gente llorar por los muertos de la democracia. Me preocupa que Chávez no haya firmado su dimisión. Fue terrible su amistad con el comunista Fidel Castro y la guerrilla colombiana', añade.
Su opinión la comparte Luis Blanco, albañil de 47 años. 'La caída de Chávez fue lo más conveniente para el país', afirma. 'Venezuela se estaba estancando. Esperamos mejorar con el nuevo Gobierno'.
A Lila González de León, de 56 años y nacida en las islas Canarias, dueña de un quiosco, no le preocupa 'la legitimidad del Gobierno, ni que aparezca la carta de dimisión de Chávez'. Sostiene que no tiene importancia, 'en comparación', dice, 'con el infierno que vivíamos'. 'El nuevo Gobierno no llegó con un golpe de Estado. Fue el pueblo el que sacó a Chávez por haber ordenado la matanza. Los chavistas mismos se pusieron la soga al cuello y ahora quieren vengarse con violencia', concluye González de León.
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