El Consell teme una larga batalla legal y busca alternativas al mercado citrícola de EE UU
El Ivex sondea otros destinos y García Margallo vaticina un pleito 'eterno' en la OMC
El veto de Estados Unidos a las importaciones de clementinas procedentes de la Comunidad Valenciana es calificado unánimemente como 'un atropello', 'una medida desproporcionada' e 'innecesaria' por todos los portavoces oficiales. Pero la complejidad de una posible batalla legal en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y, sobre todo, su previsible prolongación en el tiempo, ha llevado al Consell a buscar mercados alternativos al estadounidense para salvar la cosecha temprana de la próxima temporada y evitar saturar los destinos europeos.
Las exportaciones de clementinas valencianas a Estados Unidos representan un porcentaje menor de la producción anual, pero suponen una plataforma de prestigio para ganar otros mercados y una salida muy útil para las variedades más tempranas. El sector solicita a las autoridades autonómicas, estatales y europeas que ejerzan toda la presión posible para mantener ese destino y exige una demanda formal ante la OMC.
Pero la cruda realidad parece otra. José Manuel García Margallo, eurodiputado del PP, desestimó ayer en la Cámara de Comercio de Valencia la utilidad de tal demanda. 'Pleitos tengas y los ganes', comentó lacónico. García-Margallo hizo una somera descripción del procedimiento habitual de los pleitos comerciales, mencionó la necesidad de pactar órganos de arbitraje y apuntó los sucesivos requerimientos de las partes para concluir que 'el conflicto ante la OMC puede ser eterno'.
El eurodiputado apostó por la 'negociación' con Estados Unidos ante la fallida estrategia del 'diálogo' impulsada por la Generalitat y el Gobierno. Recordó que el propio Franz Fischler, comisario europeo de Agricultura, ha calificado el veto estadounidense a los cítricos valencinos como 'desproporcionado' e 'innecesario'. Y sugirió que el reciente cierre de las fronteras estadounidenses a las importaciones de acero puede estimular una posición más enérgica de la Unión Europea en materia comercial.
En su condición de eurodiputado valenciano, García-Margallo se comprometió a ejercer la máxima presión, pero recordó que la tendencia proteccionista de las autoridades de Estados Unidos, que 'ha existido siempre, se ha reforzado con el gobierno de George Bush'.
Dadas las circunstancias, no es de extrañar que María Àngels Ramón-Llin, consejera de Agricultura, anunciara ayer en el acto de inauguración de la nueva sede de la Federación Provincial de Agricultores de Castellón, que su departamento y el Instituto Valenciano de Exportación (Ivex) han iniciado la búsqueda de mercados alternativos al estadounidense para para evitar la saturación de los destinos europeos en el arranque de la próxima temporada.
Ramón-Llin no adelantó ningún nuevo destino posible, pero sí recordó que no es la primera vez que Estados Unidos 'comete un atropello de este tipo' y calificó de 'exacerbado' el proteccionismo del las autoridades norteamericanas.
La consejera comentó que la revisión del protocolo que Estados Unidos y España mantienen para la comercialización de cítricos no requiere un cierre de fronteras, pero aseguró no estar dispuesta a a que Estados Unidos otorgue un trato 'especial' a las clementinas españolas, ni a la elaboración de otro protocolo que establezca medidas más duras para la exportación de las clementinas que para cítricos procedentes de otros países que pasan por menos controles porque eso supondría una evidente 'desigualdad' en el trato.
Contundencia
El presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, presente en el acto, reclamó que 'se pague con la misma moneda a Estados Unidos' desde la Unión Europea y exigió la misma celeridad en la defensa de los cítricos que en la de las exportaciones de acero.
'Si el diálogo y la denuncia no funcionan hay que buscar otras fórmulas para evitar que se siga aplicando la ley del embudo', añadió Barato, quien reclamó 'contundencia' y sugirió que el problema de las clementinas 'se puede extender a otros productos'.
Ramón-Llin aseguró que los movimientos hacia una denuncia formal de la Unión Europea ante la OMC suponen un notable cambio de ámbito del problema, 'que ya no se sólo español'. 'Las autoridades estadounidenses han visto que toda la UE está dispuesta a tomar otras medidas para evitar actuaciones unilaterales sin ningún tipo de elemento objetivo', concluyó. Pero la búsqueda de mercados alternativos pone en entredicho su propia convicción.
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