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Los grandes países productores de acero crean un frente común contra Estados Unidos

UE, Rusia, Japón y Brasil anuncian represalias contra las medidas proteccionistas de Bush

Los principales países productores mundiales de acero se han rebelado contra la decisión del presidente de EE UU, George Bush, de imponer un arancel de hasta el 30% a la importación de este metal. La Unión Europea (UE), Japón, Brasil, Corea del Sur y, en menor medida, Rusia anunciaron ayer que tomarán medidas de represalia contra Washington para proteger su industria y sus empleos. La Comisión Europea denunciará la medida 'de inmediato' ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), porque estima que carece de fundamentos legales y económicos.

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Las espadas contra Estados Unidos están en alto y todos los afectados coinciden en el análisis. Washington, sin contar con sus principales aliados, ha hecho frente a un problema político interno -cargado de tintes electorales- poniendo en dificultad al sector siderúrgico mundial. 'Nuestras presiones no han conseguido lo que queríamos, porque el Congreso norteamericano y el lobby siderúrgico es más fuerte en las decisiones de Bush que lo que dice el resto del mundo, y lo lamentamos', declaró el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy. La condena hacia la nueva acción proteccionista de EE UU ha sido inmediata. 'Es un grave error', dijo el ministro español de Economía y presidente de turno del Ecofin, Rodrigo Rato.

Bush ha decidido incrementar entre un 8% y un 30% las cuotas que gravan el acero de importación para proteger al sector del acero estadounidense, que atraviesa uno de sus peores momentos. La principal preocupación de los grandes productores europeos y asiáticos se centra en las 'severas restricciones' que creará la medida en el comercio internacional del acero, que puede llegar a poner en tela de juicio el sistema legal establecido en la OMC. El riesgo se podría extender a las negociaciones que se llevan a cabo en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para limitar la capacidad de producción de la industria siderúrgica mundial.

El recurso ante la OMC parece ahora la reacción más inmediata contra Washington. La UE, Japón, Brasil, Corea del Sur y Rusia estudian incluso la posibilidad de exigir unas compensaciones por el efecto de la medida en sus exportaciones. Bush dice, no obstante, que su plan es compatible con las reglas del comercio internacional. 'Es una decisión política, sin fundamentos legales ni económicos', reiteró Lamy. Bruselas considera que jurídicamente la medida está 'en contradicción directa' con el acuerdo de la OMC sobre las salvaguardias, que establece que las medidas de este tipo sólo pueden adoptarse cuando hay un alza de las importaciones. 'No es el caso', sentenció Lamy, quien explicó que las importaciones de acero han caído un 33% desde 1998.

Respecto al argumento económico, Bruselas cree que el sector siderúrgico estadounidense sufre el efecto de la falta de la reestructuración y de costes elevados 'que pesan sobre su competitividad'. El ministro de Economía alemán, Werner Müller, dijo que 'es público y notorio que los problemas del sector del acero en EE UU no se deben a las importaciones'. Las condenas se repitieron en Japón, Corea del Sur, Brasil y Rusia.

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