200 presos de Guantánamo emprenden una huelga de hambre para reivindicar el turbante
'Están prohibidos porque pueden esconder cosas dentro. Por eso tienen gorritos'
Casi 200 de los detenidos en la base norteamericana de Guantánamo (Cuba) han iniciado una huelga de hambre. Los presos talibanes y de Al Qaeda protestan porque los guardianes militares le quitaron a uno de ellos el turbante que se hizo con una sábana. 'Los turbantes están prohibidos porque pueden usarlos para esconder cosas dentro, por eso les hemos dado gorritos blancos para sus oraciones, pero uno se negó a quitárselo tres veces y hubo que retirárselo', dijo Arturo Merkel, portavoz del Comando Sur del Pentágono en Miami, responsable de Guantánamo.
El incidente del turbante se produjo durante el rezo del mediodía del martes. Al día siguiente, 169 de los presos se negaron a comer y 130 a cenar, pero ayer fueron ya 191 los que siguieron la huelga de hambre, según Merkel. Actualmente Estados Unidos mantiene allí a 300 presuntos miembros del ex Gobierno talibán de Afganistán y de la organización terrorista Al Qaeda, pero ninguno ha sido acusado de un delito concreto.
El limbo legal y la detención indefinida en la que viven los presos ha provocado una oleada de críticas internacionales y de grupos de derechos humanos estadounidenses. Washington no los considera prisioneros de guerra, pero sostiene que los trata humanamente, de acuerdo a lo establecido en la Convención de Ginebra. Este tratado califica como 'prisionero de guerra' a aquel que 'viste un uniforme con una insignia reconocida, forma parte de una cadena militar de mando, porta abiertamente armas y se adhiere a las convenciones internacionales sobre las guerras'. De ser catalogados como tal, los detenidos tendrían derecho a representación legal, a apelar sentencias, a no dar más datos que su nombre y a ser repatriados.
El Gobierno de EEUU los ha interrogado durante semanas con el propósito de obtener información sobre la organización de Osama Bin Laden, pero, según ha trascendido, la mayoría de los detenidos se ha negado a cooperar. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha dicho esta semana que están estudiando la posible repatriación de algunos, siempre que sus países de origen les garanticen que los van a juzgar. El Pentágono también estudia la creación de tribunales militares -que posiblemente se llevarían a cabo en Guantánamo- para enjuiciar a quienes resulten imputados. De nuevo, la polvareda de críticas que despertó esa idea ha forzado al Pentágono a revisar las normas de procedimiento que se aplicarían en los tribunales, requiriendo, por ejemplo, la unanimidad del jurado para dictar sentencias de muerte, en vez de dos tercios, como Rumsfeld anunció en noviembre, y dando a los acusados la posibilidad de recurrir.
Es la primera vez que se produce una huelga de hambre desde que EE UU trasladó a su base en Cuba a parte de los detenidos en Afganistán. En las celdas-jaula del Campo Rayos X de Guantánamo conviven presos de más de 30 nacionalidades, la mayoría saudíes y paquistaníes, aunque también hay franceses, británicos, un australiano y dos españoles. Los militares de EE UU no tienen previsto tomar medidas contra los huelguistas: 'Tienen derecho a hacer huelga, pero no los vamos a dejar morir de hambre. Si alguno se pone mal lo llevaremos al hospital', señaló Merkel, el portavoz del Comando Sur del Pentágono.
Los detenidos comen un mínimo de tres veces al día, alimentos 'culturalmente apropiados', que incluyen arroz con vegetales, pasta, cereales, pollo, fruta y leche.
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