Los presos de Guantánamo podrán llevar turbante

El número de detenidos en huelga de hambre en la base norteamericana de Guantánamo (Cuba) descendió ayer de 194 a 72, después de que el general al mando anunciara un cambio en las normas sobre el uso de turbantes, que originaron la protesta el pasado miércoles. Los 300 presos talibanes y de Al Qaeda podrán llevarlos, pero los guardianes realizarán inspecciones para evitar que escondan objetos en ellos. Dos huelguistas tuvieron que ser atendidos ayer con síntomas de deshidratación.

Los detenidos se negaron a comer a raíz de que dos guardianes le quitaran a uno de ellos un turbante improvisado con una sábana. El jueves la protesta empezó a tener visos de revuelta, cuando casi dos terceras partes de los presos comenzaron a tirar colchonetas y toallas fuera de sus celdas y a gritar 'Alá es grande', violando la norma de no levantar la voz. El general a cargo de la operación, Michael Lehnert, se dirigió al campo Rayos X para calmar los ánimos.

El portavoz de Guantánamo, mayor Stephen Cox, admitía ayer que la causa subyacente de la huelga es la creciente tensión entre la población reclusa por su incierto destino. 'Quieren saber qué les va a pasar y cuándo, y lo único que podemos decirles es que no lo sabemos, porque las decisiones se toman en Washington'.