El príncipe heredero saudí confirma que presentará su plan de paz en la Liga Árabe

El príncipe heredero saudí, Abdalá Ben Abdelaziz, presentará oficialmente su plan de paz para Oriente Próximo en la cumbre de la Liga Árabe, que tendrá lugar en Beirut dentro de un mes. El heredero de la corona de Arabia Saudí se comprometió ayer ante el coordinador de la diplomacia europea, Javier Solana, con quien se reunió en Yeda, a seguir trabajando en el borrador del plan y a tenerlo listo antes de un mes, concretando así una iniciativa que sugiere el repliegue del Ejército israelí a las fronteras de 1967 a cambio del reconocimiento de Israel por parte de todos los países árabes.

Una conversación de una hora entre Abdalá y Solana fue más que suficiente para poner a los dos estadistas de acuerdo y afianzar el plan de paz más ambicioso planteado para Oriente Próximo desde que en 1991 se celebrara la Cumbre de Madrid. La puesta en marcha de la iniciativa supone de hecho el acta de defunción de los Acuerdos de Oslo, que desde hace un año se encontraban bloqueados.

El plan de paz, que cuenta con el apoyo creciente de la comunidad internacional, fue anunciado oficiosamente por el periódico The New York Times en su edición del pasado 17 de febrero, pero de la conversación con el periodista norteamericano autor del artículo se desprendía que el príncipe heredero había abandonado el proyecto ante la violenta represión del primer ministro israelí, Ariel Sharon, contra los palestinos. Ayer, sin embargo, estas dudas quedaron disipadas: el plan sigue adelante.

Abdalá se comprometió ante Solana a continuar trabajando en el proyecto. A cambio de su compromiso, el jefe de la diplomacia europea ofreció 'su solidaridad y la de los países europeos' a la iniciativa del príncipe, según aseguraba la jefa de prensa de Solana, Cristina Gallach. Nadie ayer en Arabia Saudí parecía acordarse de las otras iniciativas de pacificación que en los últimos meses tantas expectativas llegaron a levantar, para convertirse poco después en papel mojado.

La reunión de Solana y Abdalá se celebró en un balneario de Yeda, a orillas del mar Rojo, en presencia del jefe de los servicios secretos saudí, Fuad al Faresi, y del embajador de la Unión Europea para Oriente Próximo, el español Miguel Ángel Moratinos. Javier Solana, al finalizar la entrevista, viajó hacia El Cairo donde tenía previsto encontrarse con el presidente egipcio Hosni Mubarak, un personaje clave en cualquier iniciativa de paz en la zona.

Pero antes de que el plan saudí se presente oficialmente en la reunión de la Liga Árabe en Beirut, prevista para los días 27 y 28 de marzo, es necesario que el convenio tenga al menos el acuerdo de principio de los dos principales protagonistas: israelíes y palestinos. Las dos partes, antes de pronunciarse oficialmente con respecto a la iniciativa, han reclamado conocer de manera directa más detalles del proyecto.

Lógico escepticismo

Sharon ha pedido en las últimas horas a diferentes interlocutores, entre ellos al propio Solana con quien se entrevistó el martes pasado en Jerusalén, o al presidente egipcio, Hosni Mubarak, con quien habló telefónicamente, que gestionen una reunión con los saudíes. No parece importarle el formato: secreta o abierta, ni el escenario: Sharon estaría dispuesto a aceptar cualquier lugar, incluida una capital europea. Se desconoce si Javier Solana ha conseguido que el príncipe Abdalá se comprometa a tener una cita con los israelíes, sobre todo teniendo en cuenta que éstos siguen manteniendo bajo arresto en Ramala al presidente Yasir Arafat.

El presidente palestino, interesado también en el contacto personal con el príncipe saudí, ha enviado hacia Riad una delegación presidida por el negociador Saeb Erekat y el ministro de Cooperación Internacional, Nabil Chaat, en la que se encuentra también el ministro de Información, Yasir Abed Rabo.

La delegación palestina, a pesar de su aparente euforia, mostraba ayer ya los primeros síntomas de un lógico escepticismo al acusar a Ariel Sharon de 'intentar explotar' la propuesta.

Pero nada de lo sucedido hasta ahora en el terreno diplomático es capaz de frenar la maquinaria bélica. Ayer prosiguieron los incidentes armados en Cisjordania y Gaza. Por la mañana un ciudadano israelí, trabajador en el área industrial de Atarot, fue abatido por un francotirador palestino, provocando como reacción el cierre absoluto de la carretera entre Jerusalén y Ramala.

Horas más tarde en el sur de la franja de Gaza, en la línea fronteriza con Egipto, morían tres palestinos por disparos israelíes. Según un portavoz del Ministerio de Defensa, los tres palestinos trataban de infiltrarse en Israel y abrieron fuego contra una patrulla israelí.

Entrada la noche, una mujer palestina hizo estallar un vehículo cargado de explosivos en un puesto de control del Ejército israelí en Cisjordania. La terrorista falleció en el acto y al menos tres militares resultaron heridos en el ataque, según fuentes del Ejército, informa Reuters.