EE UU y la UE respaldan el plan de paz de Arabia Saudí para Oriente Próximo

En medio de la euforia israelí y con toda cautela, el presidente estadounidense, George W. Bush, y el coordinador de la diplomacia europea, Javier Solana, anunciaron ayer su respaldo al plan de paz saudí para Oriente Próximo, que ofrece el reconocimiento de todos los países árabes a Israel a cambio de la retirada de las tropas a las fronteras de 1967, incluido Jerusalén Este. Solana viajará hoy a Yeda, en Arabia Saudí, para entrevistarse con el príncipe heredero, Abdalá Ben Abdelaziz, y conocer directamente los detalles y alcance de esta propuesta, hasta ahora inmersa en una nebulosa.

Bush está oficialmente 'esperanzado' por la propuesta de paz saudí. Un portavoz de la Casa Blanca anunció ayer a los medios de comunicación el interés que en la Administración de Estados Unidos había despertado el plan del príncipe heredero Abdalá Ben Abdelaziz, que fue enunciado de una manera general el pasado 17 de febrero a través de una entrevista publicada en The New York Times y del que se conocen muy pocas cosas.

Bush mantuvo ayer una larga conversación telefónica con el príncipe heredero para saber personalmente más detalles del plan de paz e intercambiar ideas. Al finalizar la conversación, los responsables de prensa de la Casa Blanca hicieron público un comunicado en el que recalcaron, de manera lacónica y cautelosa, que 'el presidente acoge favorablemente cualquier intento de lograr una paz general en Oriente Próximo'.

El coordinador de la diplomacia europea, Javier Solana, quien se encuentra en la región efectuando un viaje de cinco días, manifestó ayer en Jerusalén el mismo interés cauto con respecto a la propuesta saudí. Solana, que no quiso adjetivar la sugerencia del príncipe, anunció su intención de viajar en las próximas horas a Yeda para entrevistarse con el heredero y conocer los detalles de este plan.

El viaje de Solana a Arabia Saudí, que fue decidido ayer a primera hora de la mañana a costa de recortar su estancia en Israel y en los territorios palestinos, supone un respaldo implícito a una propuesta calificada por sus colaboradores personales de 'antigua', pero de 'gran importancia por el momento en que se formula'. El coordinador de la diplomacia europea tiene proyectado a continuación viajar a El Cairo donde se reunirá con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien se ha mostrado, junto con el rey Abdalá de Jordania, dispuesto a impulsar y defender la propuesta saudí.

El plan propone un mapa alternativo al que fue diseñado en los Acuerdos de Oslo. Sugiere, en primer lugar, el establecimiento de un alto el fuego y el fin de la violencia. En segundo lugar, plantea la retirada de las tropas israelíes hasta las fronteras de 1967, de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas, lo que incluye el repliegue en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. En una tercera fase se produciría el establecimiento del Estado de Palestina, con capital en Jerusalén Este, aunque Israel continuaría controlando el barrio judío en la ciudad antigua.

A pesar de que este proyecto parece difícilmente asumible por los partidos políticos israelíes, tanto en los de izquierda como los de la derecha, el plan está causando el entusiasmo oficial de los responsables políticos y de la prensa. El más exaltado parecía ser el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Simón Peres, quien desde París anunciaba que no se podía pasar por alto esta propuesta. Ariel Sharon anunciaba su intención de entrevistarse con cualquier representante saudí, olvidándose de que su país no tiene relaciones diplomáticas con Arabia Saudí.

Horas decisivas

La misma euforia se detectaba en el bando palestino. Nabil Abu Rudeina, el hombre de confianza del presidente Yasir Arafat, con el que convive desde hace más de dos meses el confinamiento de Ramala, aseguraba en tono enigmático que las 'próximas 48 horas serán decisivas'. Sin dar más detalles, Abu Rudeina aseguró a la prensa que 'estamos en una importante encrucijada' del conflicto israelo-palestino.

La prensa saudí, hablando oficiosamente en nombre de la corona, trataba de mostrarse ayer mucho más fría, como si intentara no dejarse arrastrar por la oleada de entusiasmo israelí. El periódico Al Watan rechazaba en su columna editorial la invitación efectuada el día anterior por el presidente Moshe Katsa al príncipe heredero, para que se trasladara a Jerusalén a explicar al Gobierno los detalles de su plan. El periódico aseguraba que aún no había llegado el momento de intercambio de visitas y en cualquier caso éstas llegarían después de la firma de un supuesto acuerdo.

'Es una maniobra por parte del presidente de Israel', aseguraba el periódico para añadir más adelante que la invitación era 'una huida hacia delante' efectuada conscientemente con la intención de 'quemar etapas' y ofertas.