Políticos, famosos y amigos acompañan a la familia del escritor en el funeral oficiado por Rouco Varela
En los bancos de la izquierda, la familia y los íntimos; a la derecha, las autoridades y sus representantes, entre ellos la esposa del presidente del Gobierno, Ana Botella, o los ministros de Defensa, Federico Trillo, y Fomento, Francisco Álvarez Cascos, con sus respectivas esposas, que volvieron a dar el pésame a la familia de Camilo José Cela, fallecido el pasado día 17.
Oficiaba el funeral en la iglesia de los Jerónimos, junto a la sede de la Real Academia Española (RAE), institución en la que Cela ingresó con 41 años en 1957, el arzobispo Antonio María Rouco Varela, acompañado de cinco sacerdotes y tres diáconos. Rouco Varela apenas se refirió con su tono pausado y algo monótono a la figura del Nobel controvertido. Dijo que había prestado servicio 'a la lengua castellana, como elemento de comunicación', y luego, con referencias a Quevedo, san Francisco de Asís y san Pablo, aseguró que alcanzaría 'la vida eterna y el perdón de los pecados'.
Minutos antes habían sonado las notas del Réquiem de Mozart. Estaban, además de los citados, el jefe de la Casa del Rey, Fernando Almansa; el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha; el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo; el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, y algunos famosos de la prensa rosa como Marisa de Borbón, Cary Lapique, Natalia Figueroa y Tessa de Baviera. Olía todavía al incienso con el que se bendijeron los Evangelios cuando se instalaron seis sillas delante del altar para que Marina Castaño, viuda de Cela, su hija Laura y otros familiares del escritor, como sus hermanas Ana y Maruxa, recibieran el pésame de los presentes. Luego desaparecieron sin querer hablar con los periodistas en su todoterreno negro.
En Palma de Mallorca se celebró ayer un funeral civil y un homenaje en el Club Diario de Mallorca, al que asistieron el hijo del escritor, Camilo José Cela Conde, y su hija, Camila Cela Marty, única nieta del Nobel. Cela Conde agradeció a los presentes la solidaridad con su familia y con Rosario Conde, primera mujer del escritor, informa Andreu Manresa.
Babelia
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