"No levantaremos el secreto bancario"

Andorra, que tenía hasta ahora como monedas la peseta y el franco francés, es uno de los países no comunitarios que ha adoptado el euro. Es sólo uno de los cambios a los que se está viendo empujado el pequeño principado, enclavado entre España y Francia, ante la creciente integración europea. Los impuestos son otro de los frentes de forzada revisión, como explica su jefe de Gobierno, Marc Forné.

Pregunta. ¿En qué medida se ve obligada Andorra a revisar la relación con sus vecinos?

Respuesta. Andorra está en óptimas condiciones para adaptarse al euro porque ha trabajado con más de una moneda. Es un país de comercio y el euro permite comparar la diferencia de precios en cada país. Su futuro pasa por integrarse más en las estructuras europeas.

'Estamos abiertos a hablar de gravar el ahorro, pero sólo si todos juegan el juego'

'Nuestra cooperación con la justicia en cuestiones de dinero criminal es total'

P. Su país apenas tiene impuestos. ¿Cambiará con el euro?

R. Depende de la negociación. El pasado 20 de noviembre nos llegó una carta de la UE diciendo que teníamos que abrir negociaciones. Nos piden un impuesto al ahorro para los no residentes y estamos de acuerdo. Tenemos que estar con Europa en este tema.

P. ¿Qué impuesto sobre el ahorro barajan?

R. La UE pide entre el 15% y el 20%. Estamos dispuestos a hablar, pero la cuestión es: ¿toda Europa lo va a hacer? ¿Los demás países periféricos con Europa también lo van a hacer?

P. ¿Qué países?

R. Algunos, como Liechtenstein, San Marino o Estados Unidos. Imagínense que en todos los países de Europa y de su entorno se pone esta fiscalidad sobre el ahorro y en América no. Si fuera así, no quedará un duro en Europa porque se irán todos a EE UU. Debemos estar todos en el mismo barco. Si estamos todos, nosotros jugamos el juego; si no estamos todos, no podemos por prudencia. Además, los depósitos bancarios en Andorra son cinco veces menores que los de la isla de Jersey.

P. ¿Cuántos depósitos hay en Andorra?

R. No llegan a 12.000 millones de euros, de los cuales una buena parte son andorranos. Nada, comparado con Luxemburgo, que tiene más de 228.000 millones de euros, y con las islas del Canal, que tienen cerca de 48.000 millones. Este año se prevé que las iniciativas legislativas estén en marcha. Pero hay que pensar, por ejemplo, que para hacer una legislación con intercambio de información, un país de la Unión como Austria debe cambiar la Constitución, no una ley. Le costará bastante más tiempo que a nosotros.

P. La OCDE y el Gobierno español sostienen que en Andorra existe un problema de falta de transparencia fiscal.

R. Eso es un tópico. La cooperación de la justicia y de los bancos andorranos en temas de dinero criminal es total. El secreto bancario andorrano existe, pero no hay anonimato al abrir una cuenta.

P. Pero en su país hay cuentas bancarias cifradas. ¿Puede garantizar que no hay dinero vinculado al terrorismo?

R. Hay cuentas cifradas, pero con el nombre detrás, y el director del banco siempre tiene que saberlo. La ley andorrana es tan dura que el director o el empleado de banco que tiene trato con el cliente se la juega, porque el cliente viene y se va, pero él se queda. Y todas todas las investigaciones pedidas desde Estados Unidos no han dado ningún resultado. No ha habido nadie en Andorra que hubiera venido del grupo de Bin Laden o de su entorno.

P. ¿Aceptarían el impuesto sobre el ahorro a cambio de mantener el secreto bancario?

R. El secreto bancario lo vamos a mantener, igual que Suiza, pero a la manera de Andorra, aunque no para el dinero criminal.

P. ¿Cuando un juez extranjero llame a su puerta para ver qué pasa con una persona o una sociedad se le dará información?

R. Si no hay una instrucción penal, no. Pasa lo mismo con los eurobonos en Inglaterra, que son más opacos que el dinero que está en Andorra. Allí no hay nombres.

P. ¿Subirán los impuestos?

R. Hay un calendario para ir gravando, en primer lugar, a los bancos, que participan con unos 4.000 millones de pesetas en el presupuesto estatal, un 8% del total. La siguiente fase son las compañías de seguros y profesiones liberales. Después, la hotelería y el comercio, teniendo en cuenta que el comercio ya paga el impuesto de productos.

P. El consumo, ¿cómo se grava?

R. Hay una tasa entre el 2% y el 7% sobre la importación de productos. Es, por tanto, un impuesto al consumo más impuesto sobre carburantes, tabaco y alcohol.

P. ¿Sigue el refuerzo de controles en la frontera española para combatir el contrabando?

R. El tema del tabaco fue en 1997 y 1998. Entonces hubo la impermeabilización de la frontera por la Guardia Civil. Había un contrabando por la montaña que había crecido mucho y se cortó desde Andorra y desde España, y ahora ha quedado estabilizado.