Economía endurecerá las normas contables para inversiones en Argentina

El Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), dependiente del Ministerio de Economía, ultima una resolución que endurecerá los criterios contables que se aplican a las inversiones españolas en Argentina. La resolución se hará pública a finales de esta semana, según confirmaron fuentes del sector, y tendrá efectos sobre las cuentas de 2001. Abordará aspectos como el efecto de la devaluación del peso argentino y el tipo de cambio a aplicar para contabilizar las deudas de las filiales en Argentina. La resolución ha recibido el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El Ministerio de Economía, por su parte, rehusó hacer comentarios al respecto.

Las fuentes del sector consultadas por Efe subrayaron ayer que la nueva disposición afectará de forma importante a los resultados consolidados de las empresas españolas con intereses en Argentina. A los efectos de la crisis sobre los beneficios de las empresas (los dos grandes bancos, BBVA y SCH, han revisado a la mitad su previsión de beneficios) se añadirá el de los nuevos criterios, que se aplicarán a la contabilidad de 2001. Los cambios, según fuentes sectoriales, podrían englobar todo el área latinoamericana y no sólo Argentina.

El Ministerio de Economía, consultado al respecto, señaló que no haría comentario alguno sobre este asunto. Por su parte, fuentes de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) explicaron que han dado el visto bueno al proyecto de resolución. Supondrá que las empresas afectadas (filiales y grupos) tendrán que cumplir los actuales requisitos de información de acuerdo a los nuevos criterios contables. De esta forma se reflejará en las cuentas el impacto de la crisis.

El ICAC, dependiente de Economía, es la institución que marca los criterios contables que las empresas y auditores han de aplicar para elaborar los estados de cuentas y el cierre del ejercicio anual. Ayer se daban los últimos retoques a la resolución, que se dará a conocer a finales de esta semana, según esas fuentes.

La resolución, sobre la que existe un consenso mayoritario, recogerá cuatro líneas generales: el tipo de incidencia que supone la devaluación del peso argentino y el final de la paridad con el dólar, qué tipo de cambio han de aplicar las empresas para contabilizar las deudas de las filiales en este país, cómo afrontar la morosidad y cuáles han de ser los criterios para amortizar el fondo de comercio, entre otras medidas.

La resolución señalará que la devaluación del peso argentino no es sólo un hecho que ha sucedido en 2002, sino que refleja un problema larvado anteriormente, por lo que deberá registrarse en las cuentas del 2001, que las empresas españolas están cerrando durante este mes. Además, para cuantificar la deuda de las filiales argentinas, el ICAC establecerá que sus pasivos ya no podrán contabilizarse con la paridad peso-dólar, que fue efectiva durante 2001, sino que se establecerá un cambio más acorde con la actual situación el que cerró en el primer día de reapertura de los mercados en el 2002, alrededor de 1,6 pesos por cada dólar. Esto hará que la deuda de muchas empresas en Argentina aumente y la diferencia deberá provisionarse en las cuentas del 2001, lo que tendrá un serio impacto sobre los beneficios consolidados.

Más rigor

La resolución del ICAC también establecerá que deberá provisionarse en las cuentas del 2001 una cantidad para la morosidad que las empresas españolas prevean que puedan acumular en Argentina, dada la grave situación de crisis económica que vive el país andino.

Por ultimo, el ICAC establecerá que aquellas empresas que hayan contabilizando fondos de comercio por sus inversiones en Argentina deberán acelerar la amortización de los mismos para reducir el riesgo futuro que pueda tener la crisis en Suramérica para la matriz española.

Con esta resolución se impone la línea de aquellos auditores que apostaban por una opción de mayor rigor contable. El objetivo es que se refleje de manera más realista la crisis argentina y su impacto en bancos y empresas de servicios españolas con intereses en ese país. Entre ellas están, además de los dos grandes bancos, empresas como Repsol, Gas Natural, Endesa y Telefónica.