El Gobierno confía que una decisión diplomática permita levantar el veto a la clementina en EE UU

El Gobierno español espera que el Departamento de Estado norteamericano logre imponer una solución diplomática al conflicto planteado por los responsables de Agricultura de EE UU, que han vetado la entrada de clementinas en ese mercado. Se trataría de impedir que el veto derive en una demanda de la Unión Europea contra EE UU ante la Organización Mundial de Comercio.

Manuel Lamela, subsecretario de Estado del Ministerio de Agricultura, negocia en Washington la constitución de una comisión mixta de técnicos fitosanitarios que deberían analizar las larvas detectadas en los cítricos españoles. Pero los estadounidenses han anticipado que sólo esperan alcanzar conclusiones definitivas en el plazo de dos años mientras que los técnicos españoles exigen resolver la cuestión en diez días.

Juan Costa, secretario de Estado de Comercio, viajó ayer a Washington para anunciar, entre otras cosas, la disposición del Gobierno a elevar el conflicto a la UE para que sea la Comisión Europea la que plantee una demanda al respecto ante la Organización Mundial del Comercio.

Fuentes de Comercio sugieren que el Departamento de Estado, el equivalente al Ministerio de Exteriores, intenta impedir el enfrentamiento con la UE y presiona a los responsables de Agricultura para alcanzar una solución de compromiso en un plazo prudente que permita levantar el veto a las clementinas españolas.

Al margen de las negociaciones oficiales, Intercitrus acordó ayer presentar una demanda ante los tribunales estadounidenses contra el bloqueo a la entrada de clementinas, al considerar que el veto no es consecuencia de un problema fitosanitario.

El presidente de Intercitrus, Cirilo Arnandis, aseguró que la Consejería de Agricultura apoya la demanda. El sector recaba también el apoyo expreso de otras autonomías y puertos afectados, las cámaras de comercio, las patronales, la Universidad Politécnica de Valencia, los sindicatos, la Federación Agroalimentaria, consumidores y empresas importadoras y exportadoras de EE UU.

El sector prevé que la resolución del recurso se dilatará entre seis y nueve meses, ampliables a otros tantos en caso de presentación de recurso. El mayor temor es que el conflicto impida la normalización de los intercambios citrícolas con EE UU durante la próxima campaña.

Intercitrus también decidió pedir reuniones con el ministro de Agricultura y con el presidente Eduardo Zaplana para pedir al ministerio una ayuda de 1.000 millones de pesetas que permite costear las pérdidas ocasionadas por el desvío de los ocho barcos de cítricos, que EE UU no dejó entrar y que fueron colocados en mercados alternativos a precios muy inferiores. Según el sector, cada kilo de la fruta desviada sumó un coste de 158 pesetas, sin tener en cuenta el transporte, y se espera percibir 20 pesetas por kilo vendido.