'No vamos a castigar a las empresas españolas'
El viceministro se muestra tranquilo. Los bancos han abierto sus puertas después de tres semanas de trabajar bajo mínimos y la jornada se presenta tumultuosa por la devaluación, los depósitos inmovilizados de dos millones de argentinos y la entrada en acción de un mercado libre para el dólar. A media tarde del viernes 11 de enero, en el transcurso de esta entrevista, declara: 'Sí, sí. El día ha transcurrido muy serenamente. El dólar en el mercado libre tiene una brecha pequeña, creo que de un 18%, con el dólar oficial . Jorge Alberto Todesca, de 55 años, es el hombre de confianza del ministro Jorge Remes Lenicov en el diseño de la política económica de Argentina. Veterano en la actividad pública y privada -ha sido secretario de Comercio de la Nación y presidente del Banco Provincia-, es la otra cara del Gobierno del peronista Eduardo Duhalde. La cara de la ortodoxia y la seriedad económica que se contrapone al populismo y proteccionismo que impera en otras áreas del Ejecutivo, sobre todo en la Casa Rosada.
'Tenemos interés en seguir siendo un lugar donde España pueda continuar'
'Las características básicas de la crisis argentina se resuelven en algunas pocas cifras', resume el número dos del Ministerio de Economía. 'A lo largo del año pasado se perdieron alrededor de 28.000 millones de dólares de depósitos del sistema financiero, más del 20% de los depósitos, y una cantidad similar de las reservas, esto es, virtualmente, la mitad de las reservas internacionales del país'. En este escenario, 'la alternativa que hemos elegido, obviamente habría sido más serena si se hubiera adoptado en un contexto de menos desequilibrios de los que la economía tenía. Esto está siendo gestionado en una circunstancia en la que hay fuerte conmoción social'.
Confiesa el viceministro que 'dado el nivel de incertidumbre que existe sería imposible abrir hoy los bancos sin que se produjera un doble fenómeno de quebrantos generalizados en el sistema financiero y de insatisfacción de los clientes, dado que no estarían disponibles la totalidad de los depósitos, como no podrían estar en ningún sistema financiero. Éste es uno de los desafíos mayores y lo que provoca mayor malestar en la población'.
Pregunta. El presidente Aznar ha vuelto a reclamar que Argentina presente un plan aceptado por la comunidad internacional. ¿Usted cree que ese programa va a responder a esas inquietudes?
Respuesta. No dudo de que va a ser así, porque nuestra intención es reconstruir nuestras relaciones con la comunidad financiera internacional, empezando por los organismos multilaterales como el Fondo Monetario, el Banco Mundial y el BID. El planteo del presidente Aznar es razonable y obvio. Probablemente a quien está a muchos kilómetros de distancia le llama la atención que Argentina haya empezado por un instrumento económico que es una devaluación, pero creo que para los que están en este país y vieron las calles incendiándose, saben que lo primero que había que hacer era contener la situación. No tenemos el menor propósito de afectar la permanencia y el desarrollo normal de los negocios de las empresas que se han hecho cargo de los servicios privatizados de distintos países tanto estatales como privados. No vamos a castigar a las empresas españolas.
P. Parece que ha habido avances en las conversaciones con las petroleras y con los bancos, pero, en cambio, no ha trascendido ningún desbloqueo con las empresas de servicios privatizados.
R. No han trascendido porque las urgencias en la Argentina tienen características diferentes. El sistema financiero está en una situación crítica, mientras que en el corto plazo las empresas que prestan servicios públicos no están para nada en una situación similar. Las tarifas no son un tema en el cual exista una situación crítica que ponga en juego la prestación de los servicios en el horizonte del cortísimo plazo de un mes.
P. El Gobierno dijo que recibió intensas presiones de las empresas privatizadas. ¿De qué tipo fueron estas presiones?
R. Bueno, creo que cada cual puede hacer su relato personal. En mi caso, yo no he recibido presiones. Para ser franco, las llamadas de las empresas privatizadas son llamadas serenas que preguntan cuándo vamos a iniciar el proceso de negociaciones. Y la verdad es que nuestro país y nuestro Gobierno tiene interés en seguir siendo un lugar donde España y la comunidad de negocios española vea que puede seguir estando.
P. ¿Recibió usted llamadas amenazadoras de empresas españolas?
R. No. Definitivamente, no.
P. ¿Por qué no se conversó antes? ¿Por qué se decidió por tomar las medidas y después iniciar la ronda de las conversaciones?
R. Porque no se podía dar un paso distinto al que se dio. La única decisión que se podía tomar era modificar las tarifas como consecuencia de la devaluación. No es posible en este escenario argentino producir un movimiento del 30% en el tipo de cambio después de 11 años de estabilidad, y transferirle al día siguiente, por una dolarización de las tarifas, un incremento parecido al consumidor, no hay ningún espacio social para eso.
P. ¿Hay un calendario de negociación con las empresas de servicios públicos privatizados?
R. No. Pero creo que en el término de 15 días a un mes vamos a estar sentados dialogando.
P. ¿Cree usted que las medidas que se anunciaron el jueves contribuyen a apagar el incendio de la protesta popular, a juzgar por la respuesta que se dio la noche del mismo día con el nuevo cacerolazo?
R. La gente tiene una preocupación muy grande sobre la disponibilidad de sus depósitos. Lo que el Gobierno está haciendo es establecer un espacio de preservación del sistema bancario y de los ahorradores. La decisión más fácil del Gobierno sería que los bancos hagan frente a sus obligaciones, y que quiebren los bancos que tengan que quebrar. Naturalmente, en una situación tan crítica y de crisis histórica esta cuestión se convierte en una suerte de orden público y el Gobierno trata de buscar un equilibrio entre la preservación de los depósitos de los ahorristas y la preservación del patrimonio de las entidades financieras.
P. Antes del fatídico 30 de noviembre hubo importantes retiradas de fondos hacia el exterior por parte de grandes inversores, lo que ha dado pie a sospechas de que contaron con información privilegiada de los planes del Gobierno.
R. La evolución de la situación económica argentina era crítica desde por lo menos un año atrás. Las tasas de interés que pagaba el sistema financiero revelaban de manera clara que la situación era crítica. La decisión de salir del sistema financiero naturalmente la tomaron aquellos inversores que tienen información. No necesariamente de tipo confidencial, sino la información existente en los mercados financieros. Por lo tanto, el que ha quedado dentro del sistema es el tipo de ahorrista con menor grado de información sobre la situación.
P. Da la sensación de que en el Gobierno conviven un discurso proteccionista, representado por el presidente, y una línea más ortodoxa en el Ministerio de Economía.
R. Tener un sistema de tipo de cambio flexible y reconocer una corrección en el atraso cambiario es, desde el punto de vista de las finanzas públicas, de suficiente proteccionismo. En lo que se refiere a cuestiones comerciales, creo que tenemos una estructura arancelaria que está totalmente en línea con la OMC y no es intención del país producir ninguna modificación en este estatuto. Argentina tiene mucho más que ganar con su integración en el mundo que con el aislacionismo. Ahora bien, el Mercosur estaba virtualmente quebrado. Era imposible mantener una relación comercial y de integración con Brasil con dos sistemas de tipo de cambios diferentes. La existencia ahora de tipos de cambios similares va a permitir retomar el proceso de integración, profundizarlo y ampliarlo incluso a países limítrofes.
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