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Las tierras destinadas a la agricultura ecológica se han quintuplicado desde 1996

El suelo cultivado supera las 100.000 hectáreas

Alejandro Bolaños

El creciente interés ciudadano por la seguridad alimentaria en las sociedades de bienestar ha abierto los estantes de los mercados a los alimentos ecológicos, que han dejado de ser marginales en los países centroeuropeos. En Andalucía, el consumo de estos productos conseguidos con técnicas respetuosas con el medio ambiente y piensos, fertilizantes y pesticidas naturales, es aún reducido. Pero la producción, orientada al exterior, no ha dejado de ganar terreno. En 2001, según el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, estos cultivos ocupan unas 100.000 hectáreas, cinco veces más que en 1996.

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Los técnicos del comité andaluz comenzaron a certificar que la producción agraria se ajustaba a las exigencias del cultivo ecológico en 1993. La superficie destinada aquel año a los alimentos verdes rondaba las 2.000 hectáreas. En 1996, la agricultura ecológica dio un primer salto hasta llegar a las 20.000 hectáreas. Desde entonces, los ritmos de crecimiento han superado el 50%, excepto en 2000 que el aumento tan sólo fue del 11%. Pero este año se ha registrado un nuevo estirón y, en diciembre, las hectáreas destinadas a este tipo de producción superaban las 103.000, un incremento del 67% respecto al año pasado.

Muchas de estas nuevas hectáreas ecológicas son fruto de incluir el terreno de bosque y monte que tienen estas explotaciones verdes. Una tendencia impulsada por la normativa comunitaria que apuesta por la 'gestión integral' de estas fincas, apunta el presidente del comité andaluz, Francisco Casero. Los recursos silvestres se emplean para facilitar el cumplimiento de los requisitos ecológicos en alimentos de origen agrícola o ganadero.

Después de las hectáreas silvestres, los usos que más han aportado al aumento de la dimensión de la agricultura ecológica en 2001, fueron el olivar (30.000 hectáreas, el cultivo más importante) y la dehesa, dedicada a la alimentación del ganado (18.000).

'En el consumo interno ha habido más interés por los alimentos ecológicos', asegura Casero. La inmensa mayoría de la producción, sin embargo (entre un 90 y un 95%) tiene como destino países de la Europa central, Estados Unidos y Japón. A pesar del intenso crecimiento del sector, su dimensión es aún muy reducida con relación a la producción agraria convencional: no llega al 3% de la superficie total y su volumen de negocio, según Casero, estaría en torno a los 20.000 millones de pesetas, frente al billón que mueve el campo andaluz en conjunto.

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Casero señala el incremento registrado este año de fábricas dedicadas a la elaboración de los productos ecológicos (de 120 a 180) como un buen indicador de la salud del sector. Pero al igual que en la producción convencional, el escaso control sobre los canales de distribución es una amenaza. Más aún, cuando los productos verdes andaluces son más caros que los de otros competidores europeos. 'El olivar ecológico italiano recibe el triple de subvenciones que el español', reprocha Casero quien exige a las Administraciones más apoyo.

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