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GUERRA CONTRA EL TERRORISMO

El FBI sospecha ahora que los envíos de ántrax tienen motivos económicos

Las pesquisas se centran en empresas farmacéuticas y de desinfección

Las compañías farmacéuticas que están desarrollando vacunas contra el ántrax o empresas dedicadas a la desinfección de lugares contaminados por bacterias nocivas están ahora en lo más alto de la lista de sospechosos del FBI en su investigación sobre los envíos de ántrax en EE UU. La agencia federal no descarta otras de las muchas hipótesis barajadas, pero se inclina ahora por buscar motivos financieros en el origen del bioterrorismo. Hasta ahora se creía que tenían relación con los atentados del 11 de septiembre.

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El FBI ha investigado al límite de sus posibilidades toda una variedad de hipótesis que permitan llegar al origen de los envíos con ántrax. Descartada casi por completo la hipótesis de que los actos bioterroristas tengan algo que ver con los atentados del 11 de septiembre, la investigación parecía centrada en la búsqueda de un individuo de perfil solitario y desequilibrado que hubiera aprovechado la tensión social para empeorar la situación con ánimo vengativo en contra del Gobierno.

Ahora surge una nueva vía de investigación que es, según The Washington Post, la vertiente en la que se centra actualmente la investigación del FBI. La agencia trata de saber si había motivación financiera en los envíos. Se han realizado interrogatorios a decenas de empleados en los laboratorios que disponen de muestras de ántrax genéticamente similares o idénticas a la que contenían los sobres.

El FBI especula con un posible ánimo de lucro en el autor o los autores del acto bioterrorista. Detrás puede haber una industria farmacéutica o química que produzca algún componente empleado en la fabricación de vacunas o antibióticos contra el ántrax.

También se analiza la implicación de compañías dedicadas a la esterilización y desinfección de materiales o edificios contaminados por exposición al ántrax.

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Una decena de laboratorios

En cualquiera de los casos, las pesquisas giran en torno a una decena de laboratorios que han realizado trabajos o investigaciones con la bacteria mortal. El análisis genético de las muestras enviadas no es todavía lo suficientemente detallado como para permitir identificar sin margen de error de cuál de los laboratorios puede haber salido.

El ADN permite confirmar que el ántrax se corresponde con el que desarrolló el Instituto de Investigación Médica del Ejército en Maryland hace algo más de 20 años. Las muestras se distribuyeron a varios laboratorios militares y gubernamentales, que a su vez las cedieron a centros de investigación privada.

La CIA recibió alguna de las muestras para el desarrollo de sus propias investigaciones, algo que el FBI conoció marginalmente cuando la investigación ya llevaba semanas en marcha.

Por otra parte, las autoridades sanitarias han comenzado a facilitar vacunas contra el ántrax a 3.000 personas en Washington, Nueva York y Florida al descubrir que su grado de exposición a la bacteria fue mucho mayor del que se pensó en principio. Aunque todos ellos han ingerido antibióticos durante dos meses, se teme ahora que las esporas de ántrax puedan sobrevivir en los pulmones por un periodo de hasta 100 días.

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