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La guerra civil ha estallado en Jabalia

Jabalia -100.000 habitantes- el mayor campo de refugiados de los territorios autónomos palestinos, es un inmenso basurero donde se mezclan la desesperanza y la pobreza. El índice de paro bate en este rincón de Gaza todos los récords de la zona, especialmente desde hace un año, ya que a los trabajadores les está prohibido el acceso a Israel.

Este campo de refugiados fue el punto de partida de la primera Intifada -1987- y es hoy uno de los viveros más importantes de los movimientos radicales palestinos, especialmente de las organizaciones fundamentalistas, que tienen abiertas en la zona un buen número de asociaciones humanitarias y caritativas.Los habitantes del campo de refugiados de Jabalia apenas hacen distinciones entre los soldados israelíes y las fuerzas policiales de Yasir Arafat; a los dos los hacen responsables de todas sus desgracias. La decisión de Arafat de cerrar los locales asistenciales de Hamás y Yihad Islámica, a través de los cuales los desheredados de Jabalia reciben las únicas ayudas, no ha hecho más que exasperar a sus habitantes e incrementar su odio hacia la Autoridad Nacional Palestina, el proceso de paz o los Acuerdos de Oslo, para ellos instrumentos inútiles de una nueva burocracia.

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Los integristas palestinos de Hamás suspenden los atentados suicidas

Ayer, en un nuevo ataque de cólera, los jóvenes de Jabalia tirotearon la comisaría central de la policía palestina, la misma que fue blanco de los misiles israelíes hace menos de una semana. El ataque se llevó a término a pesar de las llamadas de los dirigentes fundamentalistas, pidiendo en nombre de la 'unidad nacional' el fin de los enfrentamientos.

Los incidentes de Jabalia entre policía palestina y militantes islámicos suponen uno de los episodios más trágicos y sangrientos de la actual historia de los territorios autónomos palestinos. Su antecedente más próximo fue el de noviembre de 1994, cuando un enfrentamiento similar provocó la muerte de 17 militantes integristas. Hamás nunca se lo perdonó a Arafat.

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