Cultura y devoción
La semana pasada, el salón de plenos del Ayuntamiento de Urretxu acogió la décima edición del concurso de vinos jóvenes de maceración carbónica de Rioja alavesa. A diferencia de los certámenes celebrados días atrás en Madrid y Barcelona, la cita guipuzcoana, desde los organizadores hasta los miembros del jurado -entre los que se encontraba el doctor en enología Manuel Ruiz Hernández-, tiene un carácter mucho más altruista al tratar el mundo y la cultura del vino.
A pesar de estar inmersos en una sociedad tan mercantilista, en la que el negocio del vino mueve fortunas, seguimos encontrando personas como Ruiz Hernández dispuestas a viajar por todo Euskadi para impartir cátedra y sabiduría allí donde se lo soliciten. Tampoco se puede olvidar la labor de promoción de la cultura vitivinícola hecha por los ayuntamientos de Urretxu y Zumarraga. Sin duda, la adopción del vino como patrimonio cultural para defender y promocionar es una salvaguarda frente a los graves y extendidos problemas originados por el abuso en su consumo.
Como siempre ocurre en una competición, aquellos que recibieron sus medallas se encuentran orgullos, felices y contentos, mientras que algún que otro participante guarda ciertas reservas sobre la votación, aduciendo que no todos los vinos eran de la cosecha de 2000, como decían las bases del concurso. Por su parte, el jurado sólo puede analizar y juzgar los hechos, y estos son los que están contenidos en la botella.
Con todo, de manera muy merecida, el primer y único galardón fue a parar al joven Óscar Sáenz de Samaniego Zuñeda, que presentó un vino soberbio, cargado de color rojo y violeta cardenalicio. Lleno de fruta e intensidad en boca, le convierte en un magnífico representante de la maceración carbónica alavesa.
- Bodegas Saenz de Samaniego Zuñeda. Samaniego (Álava). Teléfono. 945 609112
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