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Uno de los cuatro españoles detenidos en EE UU por el 11-S es un enfermo mental

Ángel F. N. es el único nacido en España; los otros tres son de origen paquistaní

Los ciudadanos españoles detenidos en EE UU por infringir las leyes de inmigración e investigados por presunta relación con actividades terroristas son cuatro, y no tres, como informó el miércoles el Departamento de Justicia. Uno de ellos, Ángel F. N., de 45 años, internado en la prisión de Passaig en Paterson (Nueva Jersey) desde el 28 de octubre, padece algunos problemas mentales y su familia lleva días intentando contactar con él.

Ángel F. N. es el único de los detenidos con pasaporte español que nació en España. Los otros tres, uno internado en un centro neoyorquino y dos en Tejas, son de origen paquistaní. Ángel F. N. se encontraba en EE UU como turista y fue arrestado el 27 de octubre en Syracuse, una población al norte del Estado de Nueva York, durante un control policial, al comprobarse que su visado había expirado unos días antes. El Consulado español en Nueva York fue informado poco después por las autoridades estadounidenses y un empleado consular se puso en contacto con él, según fuentes de los servicios de inmigración de EE UU.

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Ni Ángel F. N. ni los otros tres detenidos solicitaron ayuda a la representación diplomática española, y Ángel F. N. pidió explícitamente que su familia no fuera informada de su situación. Los familiares, sin embargo, le buscaron desde que perdieron contacto con él y saben ya dónde se encuentra. Ayer estaba previsto que el detenido mantuviera una conversación telefónica con un pariente en España, según las mismas fuentes.

La Embajada de España en Washington conocía la detención de los cuatro ciudadanos, pero dijo no saber nada de ella el pasado miércoles, cuando el Departamento de Justicia anunció que los servicios de inmigración mantenían en custodia indefinida a unas 600 personas para investigar sus posibles vínculos con el terrorismo, y atribuyó a tres de ellas la nacionalidad española. Posteriormente, fuentes de la Embajada explicaron que, aunque habían sido informados de las detenciones, no las habían relacionado con las operaciones antiterroristas. El presidente del Gobierno, José María Aznar, que se reunió ese mismo día en Washington con George W. Bush, comentó jocosamente que había que renovar de vez en cuando el visado para no 'llevarse un susto'. Otras fuentes diplomáticas dijeron ayer que no podían facilitar ningún dato sobre los españoles detenidos por 'razones políticas' y por la 'necesidad de respetar el derecho a la privacidad de los afectados'.

La redada de extranjeros organizada por el fiscal general, John Ashcroft, ha recibido duras críticas del Congreso. Ashcroft ha sido convocado por el Senado para que ofrezca explicaciones.

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La Casa Blanca anunció ayer que ninguno de los detenidos por infringir las leyes de inmigración sería juzgado en los tribunales militares especiales creados por Bush. Fuentes oficiales indicaron que aunque se probara su relación con redes terroristas, esas personas serían deportadas. 'Los tribunales militares sólo se utilizarán para criminales de guerra, participantes directos en los ataques contra EE UU', según la Casa Blanca.

<b></b><i>Marines</i> norteamericanos cavan trincheras en las cercanías de su base en el sur de Afganistán.
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