_
_
_
_

Sargento Nezbeda: 'Estar aquí justifica la sangre, el sudor y las lágrimas'

Base adelantada de <i>marines< / i>(desierto de Afganistán) -

El cabo de marines Steve Cardella lleva cuatro días sentado en un agujero del desierto del sur de Afganistán con el dedo en el gatillo de la ametralladora. 'Puede decirle a los talibanes que van a morir en el acto cada vez que intenten atacarnos'. Éste es el mensaje que quiere enviar el cabo Cardella, que ha plantado una pequeña bandera estadounidense en la trinchera desde la que defiende el aeródromo ocupado por los marines el domingo cerca de Kandahar. 'Y también puede decirle a los pueblos afgano y norteamericano que ya no deben volver a preocuparse por los talibanes. Los marines nos vamos a encargar de ellos'. Las condiciones de vida en las trincheras son tan malas como se habían imaginado los marines: frío de noche y calor de día, polvo, aislamiento... 'Pero estar aquí lo justifica todo: la sangre, el sudor y las lágrimas', confiesa el sargento Thomas Nezbeda.

Más información
Uno de los cuatro españoles detenidos en EE UU por el 11-S es un enfermo mental

De vuelta al relativo lujo de las instalaciones de la base, Robert Tanner recuerda bajo un banderín de Nueva York que sólo era un reservista cuando se vio movilizado por los ataques del 11 de septiembre. Ahora está en Afganistán con el Batallón de Ingenieros de Marina, que tiene la misión de mantener en funcionamiento la polvorienta pista del aeródromo. Cuando iba a salir del nivel cero, los bomberos y policías de Nueva York con los que había trabajado codo con codo le dijeron: '¿Puedes hacernos un favor? Adonde vayas, donde quiera que sea, ¿podrías llevar esta bandera en nuestro nombre? Servirá para recordar a los que ya no están aquí con nosotros'. Blindados ligeros y vehículos de combate recorren los alrededores de la base, protegidos por helicópteros Cobra, que no dudaron en abrir fuego contra un convoy enemigo que se aproximaba al aeródromo. 'Nuestra misión es controlar y mantener una base avanzada de operaciones, y eso es exactamente lo que estamos haciendo', explica un portavoz de los marines, 'a pesar de que los talibanes nos rodean por todas partes'.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_