La Bienal de Valencia profundiza en el diálogo entre las artes

La iniciativa ha convocado a un importante número de artistas. El encuentro se ha articulado a través de seis espacios urbanos principales, cada uno de ellos concebido por artistas o especialistas, siendo la principal exposición El cuerpo del arte, cuyos comisarios han sido Achille Bonito Oliva y Peter Greenaway. Éste ha reunido las obras de más de un centenar de artistas en las salas del IVAM Centre del Carmen y del Museo del Siglo XIX, ubicadas en el convento del Carmen, con un impactante montaje del arquitecto Peter Botazzi.

La exposición, diseñada por el director escénico Robert Wilson en las Atarazanas, que mostraba el trabajo de 12 jóvenes artistas rusos, y la instalación en el Almodí de Kusturica sobre el conflicto de Sarajevo, fueron los otros dos platos fuertes de la bienal.

El vídeo ha compartido espacio con la fotografía, el cine, la pintura, la instalación y también con la arquitectura de los espacios. La exposición más significativa ha sido la de El cuerpo del arte, un atrevido maremágnum de obras interdisciplinares que ha sorprendido por la rotundidad y variedad de una propuesta donde ha predominado el tema del sexo.

Teatro

Dentro del paraguas de la bienal se han enclavado también montajes teatrales como Las troyanas, dirigido e interpretado por Irene Papas. La Fura dels Baus ha participado en este montaje, además de protagonizar el espectacular acto inaugural, celebrado en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. La subsecretaria de Promoción Cultural de la Generalitat Valenciana, Consuelo Ciscar, insiste en la importancia de 'recuperar' para la ciudadanía los espacios utilizados, si bien todos ellos se dedican normalmente a exposiciones.

Luigi Settembrini, director del encuentro, destaca la relevancia cultural de llevar 'la energía de los nuevos talentos más significativos y contemporáneos'. Y resalta, sobre todo, el 'éxito' de los impactos mediáticos, o contactos directos potenciales obtenidos a través de los medios de comunicación, en relación con su objetivo de lanzar mundialmente la imagen de la ciudad a través de la cultura.

Oficialmente, la Bienal de Valencia ha tenido 235.644 espectadores y cerca de un millón de impactos mediáticos. Pero estas cifras no se corresponden con la incidencia que la bienal ha tenido en la ciudad ni cuadran con uno de los objetivos perseguidos por los organizadores: hacer de la bienal un elemento que atrajera visitantes a Valencia. Un seguimiento realizado por este periódico a lo largo de ocho días constató la escasa afluencia de público a las distintas exposiciones, mientras que los datos de la agencia oficial de turismo de la Generalitat demuestran que el incremento de visitantes a la ciudad durante la bienal experimentaron un aumento irrelevante. Por otra parte, los gastos del certamen también han sido objeto de polémica. A la dotación de 900 millones en los presupuestos de 2001 se han añadido otros 300 en los del año próximo.