Los hijos pródigos
Flotats dice que ya ni se acuerda de su sonado despido de la dirección del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), el gran proyecto de su vida. En fin, lo que es seguro es que Cataluña no se olvida de Flotats. Cuenta ahí con su público fiel, con un sector de la profesión que le sigue guardando admiración y afecto y con otro que ha empezado a valorarle tras sus suculentas prestaciones comerciales en Arte. Es indudable, además, que sin él, el panorama teatral está mucho menos animado.
Ayer, el director del Teatre Lliure de Barcelona -un colectivo con el que Flotats ha tenido sus más y sus menos-, Josep Montanyès, volvió a recordar que para la nueva etapa del Lliure en su nueva e imponente sede -que se inaugura el jueves-, cuenta con Flotats. Montanyès ha animado a Flotats a dirigir en el nuevo Lliure, e incluso le ha ofrecido un programa concreto. El actor y director, según Montanyès, ha declinado la oferta, pero ha dejado la puerta abierta a una futura colaboración. ¿Volverá el hijo pródigo del teatro catalán con un sonado montaje en el antaño campo contrario del Lliure?
La paradoja es que, al igual que el Teatre Nacional se construyó en torno a la figura de Flotats, el nuevo Lliure tenía un director aparentemente insoslayable, Lluís Pasqual. Pero Pasqual se ha apartado del Lliure -dejó la dirección del colectivo y, tras caerse su espectáculo inaugural previsto, no hay ningún montaje suyo en la primera temporada-, y se ha convertido en ajeno a su propia casa. Así que Cataluña tiene ya descabalgados de los teatros que conducían a dos grandes hombres de escena, dos estupendos artistas. Vamos, que tiene dos hijos pródigos en danza. Esto va a ser ya una costumbre.
Babelia
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