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EE UU reduce su arsenal nuclear para acercar posturas con Rusia en el ABM

Putin no concreta su contribución, aunque señala: 'Trataremos de responder al mismo nivel'

EE UU va a destruir en los próximos 10 años en torno a 5.000 de sus 7.000 armas nucleares intercontinentales. Con este gesto, George W. Bush dio la bienvenida a la Casa Blanca al presidente ruso, Vladímir Putin, que 'intentará' una reducción similar, aunque no prometió nada. Bush quiere usar el gesto para agasajar al presidente ruso y conseguir una modificación del Tratado de Antimisiles Balísticos (ABM) que permita a EE UU la construcción de su escudo nuclear. La cumbre continúa durante hoy y mañana en el rancho del presidente estadounidense en Tejas.

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La reducción nuclear que anunció Bush pretende ser un salvoconducto para la construcción del paraguas nuclear. EE UU ha suspendido recientemente las pruebas del escudo (una de ellas prevista para hoy), consciente de que incluso los ensayos contravienen los términos del acuerdo.

El encuentro entre los dos presidentes arrancó con un paseo por la Casa Blanca y una comparecencia conjunta que Bush inició con el anuncio esperado: 'Los niveles actuales de nuestras fuerzas nucleares no reflejan la realidad estratégica actual. Por eso', continuó Bush, 'he informado al presidente Putin de que EE UU reducirá su arsenal de cabezas nucleares a un nivel entre 1.700 y 2.200 a lo largo de la próxima década, una cantidad acorde con la seguridad de nuestro país'. EE UU tiene en torno a 7.000 cabezas nucleares intercontinentales. Se calcula que el arsenal ruso asciende a unas 5.800.

Rusia desea reducir su número de cabezas nucleares más por razones económicas que estratégicas: le cuesta demasiado mantener al día su arsenal. Sin embargo, Putin no respondió al gesto de Bush con un hecho, sino con una promesa: 'Apreciamos mucho la decisión del presidente de reducir las armas nucleares estratégicas. Por nuestra parte', dijo Putin, 'trataremos de responder al mismo nivel'. Se resistió a dar un número concreto pero repitió su determinación 'a desmantelar por completo los vestigios de la guerra fría: 'Nuestros asesores trabajarán en la cifra y en cuestiones de verificación y control'.

Bush mantiene que la proliferación nuclear 'responde a una amenaza del siglo pasado'. Eso le sirve para apuntalar su siguiente argumento: la nueva situación internacional 'exige nuevos modelos de defensa'. Los dos dirigentes no negociaron todavía la modificación del tratado ABM, aunque aceptaron 'continuar con el diálogo', dijeron.

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Encuentro cordial

Bush y Putin planean cerrar en torno a una barbacoa la negociación del Tratado ABM. El presidente estadounidense se ha llevado a su nuevo amigo al rancho familiar de Crawford (Tejas), lo cual constituye la mayor demostración de cordialidad que puede conseguir un mandatario extranjero: una cosa es dejarle entrar al Despacho Oval y otra bien distinta invitarle al rancho.

En su campaña electoral, Bush nunca escondió su deseo de desarrollar sin los miramientos de su antecesor el paraguas nuclear; en cambio, Bill Clinton dejó que el desarrollo avanzara tímidamente pero maniobró lo suficiente como para dejar la cuestión en manos de su sucesor.

Estados Unidos considera que la nueva situación de inseguridad que han provocado los atentados del 11 de septiembre permite justificar más que nunca la necesidad de crear nuevos sistemas de defensa contra ataques exteriores. Rusia siempre ha pensado que el proyecto estadounidense desequilibra la balanza nuclear y conduce a un rearme inevitable, pero aparentemente su manera de pensar también se ve ahora marcada por el nuevo orden mundial tras los atentados de Nueva York y Washington.

Vladímir Putin y George W. Bush, en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Vladímir Putin y George W. Bush, en el Despacho Oval de la Casa Blanca.AP

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