Petronor condiciona el futuro de su refinería a que salga adelante la planta IGCC
La petrolera espera ayudas de hasta un 40% para una inversión de 181.500 millones de pesetas
Petronor condiciona el futuro de su refinería en Muskiz a la viabilidad del proyecto IGCC de generación de electricidad con el fuelóleo sobrante tras la elaboración de las gasolinas. La inversión en la planta IGCC, que durante este mes entrará en fase de información pública y alegaciones, será de 181.500 millones de pesetas. La dirección de la empresa espera obtener ayudas públicas cercanas al 40% de la inversión, tal y como se ha producido en otros proyectos ya en marcha en Europa. La empresa cifra la rentabilidad del proyecto en un 12% y considera que sin él la refinería no será competitiva.
La refinería de Petronor, filial de la multinacional Repsol, está diseñada para generar un alto contenido de fuelóleo. En 1972 este producto suponía el 50% de las ventas. Sin embargo, la evolución del mercado ha hecho que el fuel tenga cada vez menos salidas en Europa. En un principio, prácticamente toda la producción se quemaba en las centrales térmicas, especialmente en la de Santurtzi. La refinería ha ido adaptándose al mercado y, así, la producción de fuelóleo es en este momento de un 25%. Con el proyecto IGCC en marcha se espera que se reduzca a un 3%.
El tipo de petróleo que se utiliza en Muskiz tiene un alto contenido de productos pesados, es decir, residuos o fuelóleo. La compra de un crudo más ligero supondría un encarecimiento de costes que haría inviable a la propia refinería. Esta situación ha llevado a que Petronor se proyecte la planta IGCC como un movimiento defensivo para salvar las instalaciones ahora existentes.
En retrocesoEl fuelóleo cada vez se utiliza menos en Europa como combustible de las centrales térmicas tradicionales por su alto nivel contaminante y su consumo se está desplazando a mercados lejanos en países emergentes. En consecuencia, el proyecto de IGCC pasa por crear una central de ciclo combinado -similar a las de Boroa o Bahía Bizkaia- con una inversión de 60.000 millones de pesetas. El problema es hacer que el fuelóleo se convierta en gas para evitar el efecto contaminante que tiene cuando es quemado en una central térmica, especialmente por las emisiones de azufre. Con este propósito se ha diseñado una instalación, cuya inversión es de 120.000 millones de pesetas, para gasificar el fuelóleo y extraerle el azufre.
Aunque el margen de beneficio estimado para la planta no es muy alto, en torno a un 12%, sí permitiría mantener la rentabilidad del resto del negocio, el refino de gasolinas, y dar una salida al fuelóleo. Este sistema se desarrollará con tecnología de Texaco, tal y como ya se ha puesto en marcha en tres refinerías en Italia.
Las plantas IGCC que están operativas se ubican en EE UU, Alemania, Holanda e Italia, y hay proyectos en Finlandia, Japón, Bélgica, Francia e Italia. Petronor considera que la generación de electricidad con el fuelóleo tiene futuro porque el precio del crudo se va a mantener estable, mientras el del gas natural, utilizado en la mayor parte de las centrales de ciclo combinado en construcción, va a subir.
Pero desarrollar el proyecto lleva tiempo y antes Petronor se tiene que enfrentar a varios problemas. El primero es la recalificación por parte del Ayuntamiento de Muskiz de los terrenos adyacentes a la refinería en la que quieren desarrollar su planta. Aquí es donde se han enfrentado a un rechazo de grupos ecologistas. Sin embargo, la empresa mantiene contactos con las autoridades para intentar contrarrestar las dificultades municipales. Los plazos marcados, teniendo en cuenta que las obras durarán tres años, supone que la plante entre en funcionamiento en julio de 2007.
El segundo problema es encontrar un socio. Petronor tenían uno, Iberdrola, pero abandonó. Los motivos no han quedado claros, pero se asocian al descontento de la eléctrica vasca con el papel que jugó Repsol en su intento de fusión con Endesa. Desde Petronor se asegura que están en negociaciones con varios candidatos y que no van a tener problemas para encontrar un socio.
Actualmente la refinería cuenta con 770 empleos directos y 550 inducidos, en actividades subcontratadas. La puesta en marcha de IGCC supondría la contratación de 140 personas fijas más y la creación de otros 550 empleos indirectos. Durante los tres años de obras trabajarían en el proyecto 1.200 personas y se calcula que el 60% de los suministros podría provenir de empresas vascas.
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