El IRA empieza a destruir sus armas
La Comisión de Desarme confirma que 'armas, munición y explosivos han sido inutilizados'
Irlanda del Norte vivió ayer un día histórico. El IRA anunció minutos antes de las cinco de la tarde (las seis en España) que ya ha empezado la destrucción de sus arsenales. Un anuncio ratificado luego por los observadores internacionales. Tras más de 30 años de conflicto, el IRA, que en 1994 decretó un primer alto el fuego que desembocaría en el proceso de paz y el histórico acuerdo de Viernes Santo de 1998, ha confirmado que la elección del camino político para alcanzar sus objetivos acarrea no sólo el silencio de las armas, sino su destrucción. El anuncio se produjo menos de 24 horas después de que Gerry Adams y Martin McGuinness, los líderes de su brazo político, el Sinn Fein, le pidieran una 'iniciativa rompedora'.
Como era de esperar, el gesto del IRA ha llegado enseguida, justo a tiempo para que sean los unionistas moderados de David Trimble quienes tengan ahora que cargar con la responsabilidad de tirar la historia por la borda o aceptarla y retirar los obstáculos políticos que desde hace meses torpedean las instituciones de autogobierno, bloqueadas ya por completo desde hace unos días.
El gesto del IRA no está exento de retórica y planteó al principio algunas dudas. El comunicado oficial que hizo público no especifica ni qué tipo de armas se han destruido, ni cuántas, ni cómo, ni dónde. Se limita a decir que 'en orden a salvar el proceso de paz hemos aplicado el esquema acordado con la IICD en agosto'. El IICD es la Comisión Internacional Independiente para el Decomiso, que preside el general canadiense John de Chastelain. Aquel acuerdo, pese a tener el apoyo de los observadores, fue rechazado por los unionistas porque se refería a un 'esquema' de trabajo, pero no anunciaba ninguna destrucción.
Casi tres horas después del anuncio del IRA, De Chastelain confirmó ayer que ahora sí ha habido destrucción: 'Hemos sido testigos de un acontecimiento que nos parece significativo en el que el IRA ha puesto cierta cantidad de armas fuera de uso. El material en cuestión incluye armas, munición y explosivos'. Eso significa que el IRA ha hecho por fin el gesto político que siempre le han exigido los unionistas: aceptar públicamente que ya ha empezado la destrucción de sus arsenales.
Problema de gestos
El problema del desarme ha sido siempre un problema de gestos, de símbolos. La destrucción o no de los arsenales es militarmente irrelevante porque nadie sabe exactamente cuántas armas tienen el IRA o los paramilitares protestantes. Destruir unas pocas armas no inutiliza las otras, y siempre se pueden sustituir por nuevas compras. Pero lo que no se puede sustituir es el gesto político de aceptar esa destrucción. Un símbolo particularmente difícil, porque para muchos republicanos entregar una sola bala o una simple onza de explosivos es aceptar la derrota, la rendición. Pero un gesto imprescindible porque fue siempre la condición impuesta por los unionistas para aceptar el proceso de paz.
Ayer, tras casi 3.700 muertos en el camino de todos los bandos -activistas católicos y protestantes, civiles, soldados, policías- las armas han empezado a ser destruidas. El último muerto hasta ahora ha sido un periodista, asesinado hace apenas unos días por los paramilitares unionistas. Ese es uno de los frentes pendientes, los paramilitares lealistas. El otro es el de la vida cotidiana. Porque el acuerdo de ayer rebaja la tensión, pero no impide que la gente siga odiando a sus vecinos en muchos barrios de Belfast y otras ciudades y pueblos. La paz está consolidada en Irlanda del Norte. Ahora hay que vivirla.
IRA: 'El desarme no era parte del plan'
Éste es el comunicado que el IRA hizo público ayer:
'El IRA está comprometido con sus objetivos republicanos y con el establecimiento de una Irlanda unida basada en la justicia, la igualdad y la libertad.
En agosto de 1994, en medio de un largo proceso de debate entre los dos Gobiernos y otros, la dirección del IRA pidió el cese completo de toda operación militar para crear el clima necesario que permitiera un proceso de paz.
El desarme no era parte de ello. No había ambigüedad posible en torno a esto.
Por desgracia, hay quienes dentro de los círculos de poder británico y en el movimiento unionista se han opuesto de forma radical al cambio.
A cada oportunidad han usado el asunto de las armas como una excusa para socavar y frustrar todo avance.
Fue por esta razón por la que el desarme fue introducido en el proceso por el Gobierno británico. Desde entonces ha sido usado para garantizar los cambios necesarios que una paz duradera requiere.
Para superar esto y con el fin de facilitar los cambios necesarios para esa paz duradera, el liderazgo del Oglaigh na Eireann (Ejército Republicano Irlandés, IRA) ha adoptado un número importante de iniciativas.
Entre ellas, nuestra aceptación de la Comisión Internacional de Desarme (IICD) y la inspección de una serie de arsenales por parte de los dos inspectores internacionales, Cyril Ramaphosa y Martti Ahtisaari.
Nadie debería dudar de las dificultades que estas iniciativas nos causan a nosotros mismos, a nuestros voluntarios y a nuestros militantes.
El proceso político está hoy al borde del colapso.
Ese colapso supondría, sin duda, poner en peligro todo el proceso de paz.
Todo el que esté seriamente comprometido con una paz justa debe hacer cuanto pueda para evitar que esto ocurra.
Por tanto, para salvar el proceso de paz hemos puesto en marcha el mecanismo acordado en agosto con la Comisión Internacional de Desarme. [El pasado agosto, el IRA confirmó que había acordado un esquema con el equipo internacional para el desarme para dejar las armas 'totalmente y fuera de uso de forma verificable'].
Nuestra motivación es clara.
Este gesto sin pricidecedentes pretende salvar el proceso de paz y convencer a los demás de la autentad de nuestras intenciones.'
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