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LAS CUENTAS DEL ESTADO

El PSOE pide al Gobierno que adelante su reforma del IRPF para favorecer el consumo

Montoro reconoce que los Presupuestos para 2002 se basan en previsiones optimistas

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, y Jordi Sevilla, secretario de Economía en la ejecutiva del PSOE, plantearon ayer en el Congreso dos alternativas enfrentadas ante el riesgo de crisis económica. El Gobierno ha enviado al Congreso unas cuentas del Estado para 2002 que persiguen el equilibrio presupuestario, recortan impuestos a las empresas de forma selectiva y fomentan el ahorro a través de planes de pensiones. El principal partido de la oposición señaló que el problema ahora es evitar que el consumo se retraiga, y pidió al Gobierno que adelante la reforma del IRPF prevista para 2003.

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El portavoz socialista se quejó de que el proyecto de Presupuestos ha sido preparado antes del verano, sin tener en cuenta el agravamiento de la situación tras los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre. El ministro de Hacienda reconoció que están diseñados 'en la banda alta' de los escenarios posibles pero se mostró convencido de que la recuperación se producirá en la segunda parte de 2002.

La política fiscal centró buena parte del debate en el que quedaron rechazadas las enmiendas a la totalidad presentadas por el PSOE, Izquierda Unida, PNV, Bloque Nacionalista Gallego, Partido Andalucista, Esquerra Republicana de Catalunya, Iniciativa per Catalunya, Eusko Alkartasuna y la Chunta Aragonesista. Al PP sumaron sus votos CiU y Coalición Canaria.

Montoro defendió el déficit cero como respuesta a la crisis, junto con las medidas fiscales que persiguen favorecer la inversión y el ahorro, mientras que Sevilla le acusó de 'no dar la talla' ante la crisis y de aplicar medidas 'injustas, inútiles y en la dirección equivocada'.

Montoro dedicó una mínima parte de su discurso inicial al riesgo de crisis económica y se atrincheró en el equilibrio presupuestario -déficit cero- como eje de su política. 'No hay ninguna razón económica para que la disciplina fiscal, que ha sido un factor tan importante de estabilidad durante los últimos cinco años, pierda ahora su vigencia', dijo el ministro, tras sostener que el equilibrio presupuestario 'es la mejor garantía frente a la crisis'. Para el portavoz socialista, el déficit cero es fruto de un 'fundamentalismo ideológico' que se basa en la visión que el Gobierno tenía de la situación económica antes del verano, y no es más que un 'inmenso engaño contable'.

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Fondos de inversión

Montoro defendió la rebaja del impuesto de sociedades, que grava los beneficios de las empresas, a través de reformas parciales, y una mejora del tratamiento fiscal de los fondos de inversión. Son, dijo Montoro, medidas fiscales que persiguen 'reforzar la oferta, mejorar la capacidad de crecimiento de la economía y mantener la creación de empleo'.

Para Sevilla, se trata de reformas que favorecen a las empresas y al ahorro de las rentas más altas, cuando 'la preocupación es el consumo'. Como alternativa, planteó que se adelante a 2002 la reforma del Impuesto sobre la Renta, que recae en su mayoría en los ingresos salariales. Montoro ratificó que se aplicará en 2003. 'Si no adelantan esa reforma', replicó Sevilla, 'al menos deflacten [mantener los mismos tipos para una cantidad de dinero actualizada con la inflación] el IRPF'. 'Ésta es una expropiación fiscal injusta', que Sevilla cuantificó en 200.000 millones de pesetas al año, que los contribuyentes pagan de más por este efecto desde 1999.

Montoro se encaró con Sevilla y le retó a que respondiera 'si es equivocado' rebajar los impuestos a las pequeñas y medianas empresas, mejorar el tratamiento de las plusvalías para fomentar la reinversión y la creación de empleo o elevar la deducción para Investigación y Desarrollo. Montoro recordó que el PSOE había propuesto un IRPF con tipo único o bajar los impuestos de las gasolinas cuando subió el precio del petróleo, para calificar con ironía de 'brillantes' esas alternativas de la oposición.

En lo único que coincidieron es en que, tras los atentados en Estados Unidos, las expectativas económicas han empeorado y frente a esa situación 'la acción pública es fundamental', en expresión de Sevilla. Según el portavoz socialista, los Presupuestos para 2002 no permitirán aplicar el pacto para la modernización de la Justicia, ni cumplir las políticas de inmigración o las promesas de ayuda al desarrollo. A su juicio, penalizan la inversión pública -180.000 millones de pesetas se dejarán de gastar en 2001; un 15% del crédito disponible, según Sevilla-, abandonan proyectos de investigación como el del genoma humano y no atajan el problema de la siniestralidad laboral, entre otros.

Cálculos optimistas

Frente a estas críticas, el ministro de Hacienda admitió que los Presupuestos se han elaborado 'en la banda alta', en la franja más optimista de las que ahora se manejan respecto a las perspectivas para 2002. La previsión de crecimiento económico es del 2,9%, sólo una décima menos que lo estimado para 2001, y muy por encima del 2% en que se sitúa la estimación de los organismos internacionales. Montoro explicó que se ha de tener en cuenta que el descenso de los tipos de interés, la caída de los precios del petróleo y la desaceleración de la inflación permiten esperar una recuperación en la segunda mitad de 2002. 'No habrá restricción de gasto ni aumento de impuestos que puedan perjudicar que nos enganchemos a la recuperación internacional', defendió el ministro de Hacienda.Montoro no explicó cómo con estos mimbres se llegará al déficit cero, ni entró a rebatir la posibilidad, planteada entre otros por el Banco de España, de que nuestro país asuma unas décimas de 'números rojos' en caso de que la crisis se agudice. Tampoco explicó si las medidas fiscales que el Consejo de Ministros anunció tras aprobar los Presupuestos y que forman parte de la Ley de Acompañamiento están contempladas en las cuentas o no. Sevilla se quejó de que las cuentas no sean comparables con las de 2001 y de que no exista una memoria económica que explique el alcance de las reformas.

Jordi Sevilla (PSOE), durante su intervención en el debate sobre los Presupuestos para 2002.
Jordi Sevilla (PSOE), durante su intervención en el debate sobre los Presupuestos para 2002.MANUEL ESCALERA

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