Arafat ordena la detención de los dirigentes fundamentalistas islámicos de la Intifada
La población se lanza a la calle indignada contra la Autoridad Nacional Palestina
El presidente Yasir Arafat, desafiando la ira de la calle palestina, ordenó ayer a sus fuerzas de seguridad arrestar a diversos dirigentes radicales, especialmente de los movimientos fundamentalistas islámicos Hamás y Yihad Islámica, en un intento de preservar el alto el fuego decretado hace cuatro semanas con Israel y evitar al mismo tiempo manifestaciones en apoyo de Afganistán y en contra de EE UU. Las órdenes de detención provocaron la indignación de numerosos sectores de la población palestina que se lanzaron a la calle tratando de impedir el arresto de sus dirigentes.
Con esta actitud iniciaron un enfrentamiento abierto con la Autoridad Nacional Palestina y sus fuerzas de seguridad. Los incidentes más importante entre las fuerzas de seguridad palestina y los militantes radicales se registron en la localidad de Tulkarem, al norte de Cisjordania, donde a pesar de la llamada de movilización efectuada por los fundamentalistas, los agentes de la policía de Arafat lograron el arresto de un conocido y popular dirigente local de Hamás: Abbas Al Sayyid, de 38 años.
Los sectores radicales de Tulkarem, indignados con esta detención, prosiguieron entonces sus manifestaciones en el centro de la ciudad, dando gritos en contra de Yasir Arafat, de Israel y de Estados Unidos haciendo planear por unos minutos el temor de una revuelta civil. Testigos presenciales aseguraban ayer noche que el numero de manifestantes no superaba sin embargo los 3.000.
En Nablús, también en la zona norte de Cisjordania, la policía palestina no consiguió sin embargo llevar a término las órdenes de detención extendidas contra dos dirigentes de Yihad Islámica y de Hamás, ya que lograron huir de sus domicilios minutos antes de que los agentes llegaran a sus casas. Situaciones similares se originaron en Ramala, Gaza y Rafah donde la policía de Arafat tampoco logró cumplir su cometido.
La situación de enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad palestina y las organizaciones radicales no es nueva: se inició hace pocos días, en Rafah y en Belén, donde la población local impidió el arresto de dos conocidos dirigentes de la zona. En Rafah, los manifestantes incendiaron como represalia un local de la policía palestina, mientras que en Belén amenzaron con tirotear el asentamiento de Gilo, a la entrada de Jerusalén abriendo así las puertas a un conflicto mayor con Israel. En ambos casos, la policía palestina se doblegó a las presiones y prefirió olvidarse de la orden de arresto, lo que provocó la indignación de Arafat, que ha ordenado en las últimas horas el relevo de los responsables policiales de ambas zonas.
Las órdenes de detención contra estos dirigentes radicales palestinos fueron reiteradas ayer por Arafat, después de que la Autoridad Palestina y el Cosejo Ejecutivo de la Organziación para la Liberación de Palestina (OLP) hiciera público un enérgico comunicado estableciendo que el no cumplimiento del alto el fuego y la trangresión de la tregua sería considerado un delito de traición a la nación, ya que daría, según el comunicado, excusas a Israel para invadir los territorios autonónomos y 'llevar a termino su proyecto expansionista'.
Sectores más radicales
El mandato de Arafat fue de inmediato contestado por los sectores más radicalizados de la Intifada, especialmente Hamás y Yihad Islámica, que pidieron a la población continuar con la revuelta 'en todos los frentes'. Los resultados de estas llamadas no se hicieron esperar, ayer por la mañana un kamikaze palestino se suicidó con un coche bomba en los accesos del kibutz Shlouhot, cerca de Afula, en el norte de Israel, provocando la muerte de un ciudadano israelí, que se había acercado a su vehículo para preguntarle una dirección.
Las amenazas de movilización y las protestas no parecen amedrentar sin embargo a Yasir Arafat que de una manera enérgica se ha dirigido incluso a la cúpula del movimiento fundamentalista palestino, el principal foco de la oposición. Algunos líderes de Hamás y Yihad Islámica, entre ellos Abdelaziz Rantisi y Mahmoud Al Azar, han sido convocados en las últimas horas en las comisarías, para transmitirles la orden tajante de alto el fuego. La policía ha advertido a los citados que la transgresión del alto el fuego supone un 'atentado contra el interés nacional'.
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel , Simón Peres, por su parte, declaró anoche a la televisión estatal que estaba seguro de que 'la decisión del presidente de Estados Unidos es la correcta'. El ministro de Exteriores israelí recordó que 'ya el primer ministro del Estado de Israel, Ben Gurión, ofreció su ayuda militar a EE UU durante la guerra de Corea. Hoy tam,bién estamos dispuestos a dar lo que se nos pida'.
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