Pilar López de Ayala y José Luis Guerin reciben la ovación más entusiasta

La Concha de Oro a la película chilena Taxi para tres fue recibida en la sala de prensa del Kursaal con una unánime pitada. El presidente del jurado, Claude Chabrol, respondió alzando la mano con un gesto despectivo. Frente al rechazo general al galardón más importante de la 49ª edición del Festival de San Sebastián, los premios a José Luis Guerin y Pilar López de Ayala fueron recibidos con una fuerte ovación. 'Siempre me desconcierta la rivalidad que generan los premios. No deberíamos sacralizarlos y ahora que me han dado uno puedo decirlo', manifestó el director de En construcción.

Poco después de hacerse pública la decisión del jurado, su presidente, el director Claude Chabrol, señaló: 'Las deliberaciones se han desarrollado de manera fácil. Se ha premiado a Taxi para tres porque su director tiene mucho porvenir. La película es inteligente, equilibrada y divertida, reveladora del Chile actual'. Eloy de la Iglesia, miembro del jurado, matizó que sólo dos premios habían sido totalmente unánimes dentro del jurado, el de Guerin y el de Pilar López de Ayala. De la Iglesia añadió que las nacionalidades no habían influido en las deliberaciones del jurado, del que también formaba parte el escritor chileno Jorge Edwards.

'No conozco un primer premio de un festival que no haya sido pitado o criticado, es lo que en Chile se llama sagrado derecho al pataleo', fue la respuesta del director y autor del guión de Taxi para tres, Orlando Lübbert, quien dedicó su película al camarógrafo chileno Jorge Müller, conocido por su trabajo en La batalla de Chile, y que fue uno de los detenidos-desaparecidos en 1975 de la dictadura de Pinochet. 'Cuando empecé a escribir el guión mi intención no era la de reflejar mi país, pero a medida que escribía sobre los personajes, me daba cuenta de que iba entrando en la realidad de Chile, donde el neoliberalismo ha llegado de manera brutal y nos ha dejado desamparados frente al dinero y la codicia', añadió Lübbert, que vivió exiliado en Berlín durante 20 años y que regresó a Chile - 'sin conocer a nadie'- en 1995.

'Este premio tendrá un tremendo impacto en mi país, donde la película ha provocado un fuerte debate y ha logrado llegar a la gente, algo que no han conseguido los políticos. Allá se vive de una manera intensa, somos un país alejado de todo y este premio va a lograr acercarnos', añadió Lübbert, en el vestíbulo del hotel María Cristina, después de atender telefónicamente a la prensa de su país.

Taxi para tres, con un presupuesto de 400.000 dólares (unos 75 millones de pesetas), ha conseguido casi 300.000 espectadores en su país. Los actores trabajaron con un sistema de porcentajes y su director tuvo que realizar, a su pesar, labores de producción.

La llegada más esperada al hotel María Cristina, tras conocerse los premios, fue la de Pilar López de Ayala. La joven actriz, de 22 años, viajó en coche desde Madrid. Llegó tranquila, a pesar de que le esperaban multitud de cámaras y fotógrafos. 'Esta mañana me he levantado con la noticia y de verdad que no me lo esperaba o no me lo quería creer. Sé lo que es esperar casi seguro un premio y que luego no te lo den... [la actriz hacía referencia al Goya a la mejor actriz revelación para el que era clara candidata por Báilame el agua y que finalmente recayó en Laia Marull por Fugitivas]. Finalmente ha sido el papel de Juana la Loca el que ha lanzado la carrera de esta intérprete que ha trabajado solamente en tres largometrajes, aunque tiene una larga trayectoria televisiva que empezó cuando tenía 16 años. 'Ahora quiero parar', afirmó, 'he sabido aprovechar la oportunidad que me ha dado esta película y por eso siempre estaré agradecida a Vicente [Aranda] pero ahora necesito seguir estudiando, seguir aprendiendo, necesito alimentarme de las experiencias de la vida'.

Si Pilar López de Ayala dedicó su premio a su director, Vicente Aranda, José Luis Guerin se lo dedicó a los personajes de En construcción. 'Ellos han sido a su manera coguionistas y codirectores de esta película. Hemos construido el filme juntos', dijo el realizador de Innisfree y Tren de sombra. 'El cine más que una profesión es una cuestión de implicación. El primer reto es sentirse representado con lo que uno ha hecho. No sentiría ninguna felicidad si una película mía tuviera éxito pero yo no me viera representado en ella. El segundo reto es que el público se sienta también identificado con lo que tú has hecho', explicó Guerin.

El director, de 40 años, que también recibió una gran ovación cuando se anunció el galardón otorgado por la Fipresci (los críticos internacionales) a su película, no ocultó su satisfacción pero quiso desmarcarse de la rivalidad que conllevan todos los premios. 'La sociedad es tremendamente competitiva y estaría bien que el cine estuviera al margen de eso. La función de una película es comunicarse con el público y no entrar en la dinámica de una carrera de coches, que es algo muy agresivo. La rivalidad me parece insana. No deberíamos sacralizar los premios y lo digo porque ahora tengo uno. En el fondo sólo es un juego de azar'.