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Prioridades ante la crisis

El Gobierno ha decidido afrontar el riesgo de crisis económica con una rebaja de los impuestos a las empresas que no ha cuantificado. El impuesto de sociedades se modifica en aspectos tan importantes como el de las plusvalías, la consolidación fiscal de grupos o la deducción del 10% por aportación a planes de pensiones.

La última reforma del impuesto es de hace apenas seis años y fue aprobada a iniciativa del PSOE con el voto favorable del PP. La patronal CEOE estaba razonablemente contenta con el esquema actual, en algunos aspectos muy ventajoso, y se limitaba a reclamar que el tipo general bajara del 35% hasta cerca del 30%.

El Gobierno ha optado por no variar ese porcentaje y sí introducir mejoras parciales. El objetivo es inducir determinadas decisiones empresariales como la inversión, la internacionalización, la modernización o las fusiones.

Más información
Hacienda mejora los planes de pensiones y baja los impuestos a las empresas

Otra de las opciones que está detrás del amplio paquete de medidas aprobado ayer es que no hay mejoras para el IRPF, cuya reforma se mantiene para 2003. Incluso se penaliza a los contribuyentes al no tener en cuenta la inflación ni en la tarifa ni en las deducciones, ya por cuarto año consecutivo.

La decisión asume que el consumo de las familias ha de ser el pagano de la crisis. Antes de que la situación se agravara, el Gobierno aprobó sus previsiones macroeconómicas para 2002, no modificadas ahora, donde se apunta una caída del consumo, mientras que la inversión se acelera.

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