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Pakistán envía a sus ulemas a Kabul para intentar negociar

Jóvenes afganos huyen del reclutamiento forzoso camuflados entre los refugiados

Ángeles Espinosa

Pakistán anunció ayer el envío de una delegación de ulemas al vecino Afganistán en un último esfuerzo por convencer al régimen de los talibán de que entregue a Osama Bin Laden. Los talibán, por su parte, dieron signos de querer evitar el anunciado ataque estadounidense. Sin embargo, el enviado especial de la ONU para Afganistán, Francesc Vendrell, advirtió de que 'el tiempo para la negociación se ha acabado'.

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El embajador de los talibán en Pakistán, el mulá Abdul Salam Zaeef, manifestó que 'Osama ya ha recibido el mensaje con las recomendaciones del Consejo de los Ulemas y su visto bueno por parte del Príncipe de los Creyentes', en alusión al mulá Mohamed Omar, la máxima autoridad del régimen afgano.

Evitar la guerra. Ése es el objetivo en el que coinciden todos los esfuerzos diplomáticos. Sin embargo, los gestos de una y otra parte son contradictorios. Estados Unidos, que sigue acumulando potencial bélico y apoyo internacional, participa a la vez en todos los foros internacionales abiertos para buscar una salida a la crisis afgana. Los talibán, por su parte, siguen encastillados en su postura de no entregar a Bin Laden bajo la treta de que ignoran su paradero, pero ayer dieron muestras de no querer enfrentarse a un enemigo que les supera en medios humanos y técnicos.

Por un lado, su líder, el jeque Mohamed Omar, lanzó un llamamiento a los afganos para que permanezcan en el país y aseguró que un ataque estadounidense era improbable. Por otro, se conoció que ha invitado al activista norteamericano de los derechos humanos Jesse Jackson a que encabece una delegación de paz para mediar en el asunto de Bin Laden e impedir una gran catástrofe humana. El paso ha sido interpretado como un signo de que los talibán buscan una salida que les evite el enfrentamiento.

'No estoy al tanto de ninguna mediación', declaró Vendrell, 'pero, en lo que se refiere a Osama Bin Laden y a su organización Al Qaeda, el tiempo de negociar se ha terminado'. El enviado de la ONU, que acaba de regresar a Islamabad tras entrevistarse en Roma con Mohamed Zahir Shah, confirmó que el anciano ex rey está 'deseoso de hacer todo lo que pueda por su pueblo'. En el marco de los esfuerzos por unir a todas las facciones afganas en una coalición bajo los auspicios de Zahir Shah, Vendrell confirmó que la Alianza del Norte se había puesto en contacto con el ex monarca y que precisamente ayer estaba previsto que una delegación llegara a Roma. De todas formas subrayó la importancia de que todas las facciones afganas participen en ese diálogo, incluidos los talibán más moderados. 'Si hubiera un acuerdo conjunto, quizás se pudiera evitar el conflicto bélico; es poco probable, pero aún existe esa posibilidad'.

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Vendrell insistió una vez más ayer en la necesidad de 'contar con el pueblo afgano' para cualquier plan sobre Afganistán, sea acabar con la presencia terrorista en su suelo, sea la búsqueda de una solución política para establecer un Gobierno con legitimidad interna y externa. El alto funcionario negó que haya una falta de coordinación entre los esfuerzos que en ese sentido llevan a cabo las Naciones Unidas y Estados Unidos.

Conscientes de que la comunidad internacional trabaja ya en un plan para el Afganistán del día después, los talibán lanzaron también una advertencia contra los afganos que intenten ocupar el poder con ayuda de Estados Unidos. 'Serán colgados', advertía el comunicado recogido por la agencia AIP, próxima a los clérigos afganos. Los talibán se refieren sin duda a la Alianza del Norte, cuyos dirigentes coquetean estos días con Washington, al que han ofrecido ayuda para capturar a Bin Laden.

Por otra parte, fuentes periodísticas paquistaníes han empezado a hacerse eco de signos de debilitamiento entre las fuerzas talibán, lo que algunos analistas interpretan como un primer signo de desintegración del régimen. En medio de la huida masiva de muchos habitantes de las ciudades, soldados y oficiales de bajo rango de esa milicia podrían estar escapando. Los datos son difíciles de confirmar, pero en Peshawar se puede comprobar que hay muchos jóvenes que han cruzado la frontera escapando del reclutamiento forzoso.

Mientras tanto, miles de paquistaníes respondieron ayer al llamamiento del Gobierno a que expresaran su respaldo al alineamiento con Estados Unidos en la campaña contra el terrorismo. Las autoridades intentaban contrarrestar así las movilizaciones de los extremistas islámicos contra esa decisión.

Bajo el lema 'Unidad, fe y disciplina', que acuñara el fundador de Pakistán, Mohamed Alí Jinnah, numerosas manifestaciones y actos dieron testimonio en todo el país de la postura de los que el presidente Pervez Musharraf ha calificado de 'mayoría silenciosa'.

'Estamos en contacto con los talibán. Hablamos con ellos ayer y hemos hablado hoy. Les hemos pedido que escuchen al mundo islámico y a la ONU', declaró el ministro de Asuntos Exteriores, Abdul Sattar, ante la multitud reunida en la capital. 'Hoy, nuestra prioridad debe ser la unidad, porque el país se enfrenta a una grave crisis... Estamos con el resto del mundo islámico y la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo', justificó.

Las manifestaciones se desarrollaron sin incidentes. El día anterior, 12 personas resultaron heridas en una marcha de apoyo al Gobierno en Karachi, cuando simpatizantes protalibán lanzaron una granada contra los participantes y abrieron fuego contra centenares de personas.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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