Londres se dispone a facilitar los permisos de trabajo para frenar la inmigración ilegal
La empresa Eurotúnel contrata a un general británico para mejorar sus controles de seguridad
El ministro británico del Interior, David Blunkett, sugiere, en un artículo publicado ayer en el dominical The Observer, suavizar la actual legislación laboral para facilitar la entrada de demandantes de asilo y acabar así con la inmigración ilegal. El ministro asegura que planteará muy pronto un paquete de medidas para reformar la actual ley, que se basará en suavizar el sistema de permisos de trabajo, aumentar los controles en los puertos y asegurarse de que los demandantes de asilo puedan abandonar el país con rapidez si el Gobierno les niega el derecho a quedarse.
Blunkett asegura en su texto, en el que califica de 'ridículo' el clamor que se levantó la semana pasada en el 'circo mediático' por el problema de la inmigración, que las medidas que está a punto de presentar están siendo preparadas desde hace tres meses.
'El fin de semana, antes de convertirme en ministro del Interior, dije que quería revisar la política de asilo y repensar nuestro sistema de permisos de trabajo para tener en cuenta la migración económica mundial', arranca la tribuna que firma el ministro en el dominical The Observer. Intenta así dejar claro que las modificaciones no son sólo consecuencia de la sentencia que el pasado viernes puso en cuestión toda la política de emigración y asilo del Gobierno laborista de Tony Blair, al prohibir el internamiento obligatorio de los demandantes de asilo hasta que la Administración toma una decisión. El juez no tuvo en cuenta los argumentos del Gobierno de que el internamiento dura sólo una semana y que las condiciones de vida en el campo de detención son decorosas.
El ministro anuncia que quiere 'cambiar el sistema de permisos de trabajo para asegurar que podemos ser más tolerantes con la emigración económica real'. Lo que significa, aclara, ser más acogedores 'con aquellos que se ven sometidos a la persecución y la muerte en el mundo, al tiempo que disponer de políticas más rigurosas que den las señales adecuadas a aquellos que no'.
El paquete de medidas que prepara Blunkett incluye un reforzamiento de los controles en los puertos británicos y un aumento de los efectivos que dispone el cuerpo de la policía de fronteras y aduanas. Las reformas propuestas no han caído bien en el sindicato de Transportes británico, cuyo líder, Bill Morris, ha pedido que se convoque un debate europeo para 'repartir la carga' del problema de la inmigración.
En una información al margen de la tribuna del ministro, The Observer afirma que el Gobierno británico se dispone a utilizar el sistema europeo Eurodac para controlar la inmigración ilegal a través de un archivo de huellas dactilares que impida a los expulsados regresar bajo la cobertura de una nueva identidad.
Otro dominical, The Sunday Times, asegura que el ministro francés del Interior, Daniel Vaillant, ofrecerá el miércoles a Blunkett la posibilidad de que policías británicos se desplieguen en territorio francés, en Calais, para colaborar en el control de la entrada del túnel bajo el canal de la Mancha, utilizado por miles de inmigrantes para intentar llegar a Gran Bretaña. Ya en la actualidad, la policía británica tiene acceso a las estaciones francesas, y la gendarmería francesa colabora en territorio del Reino Unido para controlar a los pasajeros del Eurostar, el tren que cruza el canal.
General de las Malvinas
La empresa Eurotúnel, a la que el Gobierno británico responsabiliza de la entrada de los ilegales a través del túnel bajo el canal, ha fichado a un militar británico para reforzar sus sistemas de seguridad. El general del Ejército de Tierra sir Roger Wheller, de 59 años, que sirvió en la guerra de las Malvinas, en Bosnia y en Irlanda del Norte, se retiró el año pasado de su empleo en el Ejército y ha sido ahora contratado por la compañía, agobiada por las acusaciones de que es incapaz de controlar su propio túnel.
'En la actual situación necesitamos a alguien que tenga conocimientos tácticos', reconoce Eurotúnel. La empresa, que tiene que pagar medio millón de pesetas de multa al Gobierno británico por cada inmigrante en suelo inglés, ha pedido ayuda oficial para controlar la boca francesa. Eurotúnel empezó hace unos días una campaña contra el campo de refugiados francés de Sangatte, de donde cada noche parten cientos de inmigrantes a intentar llegar al Reino Unido, caminando por el túnel o subiéndose a los trenes de mercancías que circulan por la noche.
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