Los productores de uva de la campiña de Jerez preven recoger 100 millones de kilos
Será una cosecha muy similar a la de la pasada temporada. Las lluvias del invierno presagiaban una vendimia extraordinaria, pero en los últimos seis meses no ha caído una gota y se ha frenado el desarrollo de las cepas. La producción será, por tanto, muy parecida a la del pasado año, unos 100 millones de kilos de uva. Una buena cosecha, pero no pasará a los apuntes de estadísticas como algo especial.
A pesar de las relativamente bajas temperaturas de los dos últimos meses y de la escasa presencia del viento de levante en la campiña de Jerez, la uva, que madura con el calor y la sequedad, ya ha alcanzado un grado óptimo de azúcar.
Ayer comenzó la recogida en las fincas interiores de la campiña, las más alejadas del mar, donde el sol ha castigado con mayor rigor. Durante tres semanas, unos 8.000 jornaleros, que cobrarán 750 pesetas a la hora, peinarán las 10.500 hectáreas que este año han sido plantadas.
Estos primeros días los vendimiadores recogerán uvas destinadas a la elaboración de 'pies de botas', un depósito de uva pisada que una vez fermentado se agrega al mosto producido durante el resto de la campaña. Así se acelera la transformación del mosto en vino.
Pero no corren buenos tiempos para la vendimia. 'Cada vez tenemos menos mano de obra', dice Cesar Saldaña, director general del Consejo regulador del Marco del Jerez, Xerez, Sherry y manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. La solución, también aquí, ha llegado con la mecanización del trabajo. Los técnicos aseguran que para finales de la década habrá desaparecido la figura del vendimiador, aunque los sindicatos no comparten esta estimación. Sea como fuere, parece claro que estamos ante los últimos de una saga que ha formado parte del paisaje vitivinícola de la comarca desde hace siglos.
