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Antonio López enseña las claves de su maestría realista

El pintor anuncia que terminará el cuadro de la familia real en menos de un año

Elisa Silió

El espacio y el trabajo de Antonio López están en Madrid, pero esta semana ha hecho un alto para dirigir un taller de pintura en El Escorial, en el que ha pretendido 'dar pie a continuar pintando' a sus doce alumnos. Allí, el artista ha asegurado que en un año y medio concluirá un cuadro de la familia real y otro para la Asamblea de Madrid. Su tercer proyecto, una escultura de los Reyes, se encuentra ya finalizado. Él anuncia sus planes con firmeza, pero, consciente de que arrastra fama de lento, al final apostilla: 'Bueno, eso espero; yo, desde luego, voy a poner todo de mi parte'.

Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936), profesor durante cinco años de la Facultad de Bellas Artes de Madrid, disfruta transmitiendo su experiencia artística a los que comienzan en talleres como el de esta semana en El Escorial. Trata a los alumnos con mimo, sabiendo que muchos están desambientados al pintar en un lugar ajeno, como le ocurriría a él. 'Cada uno necesita su espacio y si te empujan hacia un lugar que no sabes como va a ser es muy duro'.

Una agenda repleta de encargos suele angustiar. No a Antonio López, quien se toma con parsimonia su trabajo, sabedor de que las prisas no son un buen aliado. Dos estatuas de los Reyes para el patio herreriano del monasterio de San Benito en Valladolid, encargadas en 1999, han resultado las primeras en ser entregadas. Quizás al ser un trabajo colectivo junto a Julio y Francisco López Hernández. El artista se muestra 'muy contento' con las figuras de tres metros, que llegarán a la ciudad en los próximos días y que serán inauguradas después del verano. 'Ha sido un trabajo conjunto en la misma obra, momento y lugar. Y eso ha ocurrido pocas veces en la historia, hay que hacer memoria para ver cuándo se ha hecho'.

Los monarcas, acompañados de sus hijos, son también objeto de otra obra, en este caso un cuadro que comenzó en 1994 y que ha dado al pintor más de un dolor de cabeza. Después de algunos años de parón, el artista ha retomado el proyecto, que muchos daban por perdido. 'Durante un tiempo no lo veía y no lo seguí, pero ahora va bien'. Y es que a un paisajista como él pintar desde una fotografía le resulta muy difícil. 'A los Reyes no puedes tenerlos posando todas las horas que necesitas, así que si aceptas el encargo tienes que hacerlo con sus reglas'. Calcula que quizás en este año o en un poco más de tiempo estará acabado. 'No hay una fecha para que lo entregue, pero hay un deseo de los demás y mío de que no lo interrumpa mucho tiempo. Que trabaje con continuidad y que tarde lo que tenga que tardar'.

Recuerda que en la primera sesión aparecieron todos los miembros de la familia real y se agruparon como ellos quisieron. 'Yo no podía intervenir apenas, porque me parecía que ellos sabían mejor que yo cómo debían situarse', y se hicieron dos fotos distintas. En una estaban los Reyes sentados y las Infantas y el Príncipe detrás. 'Como una familia española de principios de siglo. Querían aparecer como unos españoles más'. Y otra, la elegida, en la que están todos de pie, con los padres en el centro y los hijos a los lados. Es una obra muy grande, con las figuras a tamaño natural, y al artista le preocupa dar con la solución del cuadro, 'que los retratos sean buenos retratos, que las pinturas me gusten y a ellos también'.

Vista de Vallecas le ocupa las mañanas. 'Si quieres reflejar las formas como las ilumina el sol en ese momento tienes que ir todos los días a la misma hora'. Así que, incapaz de estar inactivo, dedica las tardes a retratar otra luz, la de la vista opuesta de Madrid, desde una terraza de un edificio alto cercano a la plaza de Castilla. 'Estoy pintando desde el norte mirando hacia el centro y hacia el sur ', cuenta. Aunque la temporada de trabajo en los dos cuadros no siempre coincide: 'En el cuadro de la zona norte trabajo de mayo a septiembre, y en el otro, por el carácter que tiene la luz, que se mueve menos, he elegido la luz del centro del día, puedo trabajar más tiempo'.

La crítica a su lentitud pintando es constante, pues le suele llevar a no cumplir los plazos establecidos. El pintor se explica: 'Trabajas en algo y cuando te quieres dar cuenta, sin saber por qué, dejas de trabajar en ello y te pones con otro parecido o muy distinto. No hay que forzarlo. Hay que dejar todo ese fluir, no intervenir mucho, que ya estamos bastante intervenidos todos'. Ahora se encuentra ilusionado y no parece dispuesto a tirar la toalla.

Antonio López, en el curso que ha dirigido esta semana en El Escorial.
Antonio López, en el curso que ha dirigido esta semana en El Escorial.ULY MARTÍN

Sugerencias de la Reina

Antonio López no quedó contento con las fotografías tomadas a la reina Sofía en la primera sesión que tuvo lugar en las navidades de 1994. 'Un poco los colores, un poco la hechura, la forma del vestido'. Así que pidió una segunda sesión con ella sola, que funcionó mejor.

La Reina se convirtió de esta manera en el único miembro de la familia real que ha visto el cuadro. Le gustó pero hizo algunas observaciones. 'Muy bien, no como crítica sino de una forma muy salada, sin intentar imponer nada'. El pintor, receptivo a nuevas ideas, aceptó de buen grado sus sugerencias. 'Yo creo que hay que tomar todo en cuenta. Las cosas se hacen para los demás y hay que escuchar lo que dicen los demás. Desde lo que te puedan decir el Rey y la Reina a lo del conserje. Cualquiera puede decirte algo que te pueda valer. Eso sí, la última palabra será la tuya, pues luego actúas según tus propias ideas'.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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