El sector aceitero se subleva contra la retirada del orujo decidida por Sanidad

El responsable de la Asociación Nacional de Envasadores de Aceites Comestibles (ANIERAC), Antonio Herranz, aseguró ayer que el sector aceitero acordó el pasado lunes con el Ministerio de Sanidad un plan para la retirada inmediata del mercado del aceite de orujo de oliva refinado. En la reunión, los altos cargos del departamento pidieron al sector un proyecto de recogida y los afectados se ofrecieron a acometerlo 'de forma rápida', en 10 o 15 días. Al encuentro asistieron, entre otros, el subsecretario de Sanidad, Julio Sánchez Fierro y la directora general de Salud Pública, Dolores Flores, según los aceiteros.

'Ïbamos a recorrer España para retirar o cambiar el aceite de orujo de oliva', añadió Herranz. 'El proyecto de retirada estaba listo para sentencia y no nos dejaron', puntualizó el secretario general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), Jorge Jordana. La recogida 'tranquila y ordenada' que proponían los aceiteros quedó truncada. Al día siguiente, martes, Sanidad ordenó la inmovilización del producto por contener un compuesto cancerígeno (benzopireno). La crisis se había desatado. La recogida del producto comenzó en medio de la alarma de los consumidores. Una nueva reunión con los aceiteros, prevista para ese día o para el miércoles a fin de concretar la retirada, no llegó a celebrarse, si bien estaba previsto que ayer a última hora les recibiera la ministra de Sanidad, Celia Villalobos.

'Comité de crisis'

Ayer, en una rueda de prensa, los representantes del sector aceitero manifestaron su malestar por la actuación de la Administracion. Nueve entidades (extractores de orujo, envasadores, exportadores, cooperativas y organizaciones agrarias, almazaras industriales e industria alimentaria), que forman la llamada Mesa del Aceite en representación del sector, pidieron públicamente al presidente del Gobierno, José María Aznar, que intervenga en esta crisis. Quieren que les conceda una entrevista y que 'delegue en un vicepresidente' la solución de un problema que tiene 'graves consecuencias dentro y fuera de las fronteras españolas para el aceite de oliva de España'. Esa delegación es un sistema similar al del comité de crisis creado por el Gobierno para atajar el problema de las vacas locas. El sector aceitero también pide a Aznar que se elabore una normativa reguladora de los porcentajes máximos de benzopirenos en los alimentos.

El sector desconoce 'el fundamento científico' en el que se ha basado Sanidad para ordenar la inmovilización del aceite de orujo de oliva refinado. Asegura que la industria ya estaba trabajando, 'de forma voluntaria' en el problema de este hidrocarburo aromático. 'El benzopireno está presente en el agua, en el aire y en muchos alimentos, y no se ha regulado el límite máximo admisible ni en España ni en Europa', aseguraron los aceiteros.

Según el presidente de la Asociación Nacional de Extractores de Orujo (ANEO), Fernando Muñoz, 'la industria sería capaz de dejar a cero los hidrocarburos que pudieran aparecer'. De hecho, según los fabricantes, el benzopireno puede desaparecer del aceite mediante un nuevo proceso de refinado con carbón activo.

Los aceiteros acusan al Ministerio de Sanidad de haber provocado 'pérdidas incalculables' al sector al haber activado la alerta 'de forma unilateral'. Además, según ellos, esto no ha añadido 'ninguna garantía adicional para el consumidor'. El sector teme que esta crisis le ocasione un serio quebranto económico, especialmente en el mercado exterior. Algunos países, como Francia y Rusia, ya han cancelado pedidos. Además, a los productores les preocupa que el problema afecte a la demanda del aceite de oliva.

A la vista de la situación, el presidente de la organización agraria ASAJA, Pedro Barato, aseguró: 'Este daño presuntamente causado tiene que ser reparado de inmediato. El Gobierno tiene medios para ello'. Dejó entrever la posibilidad de solicitar un resarcimiento por las pérdidas. La producción del aceite de orujo de oliva (un 8% del total de aceite de oliva) emplea a 5.000 personas directamente y a unas 20.000 de forma indirecta. El volumen económico del sector supera los 15.000 millones anuales. Se exportan 13.000 toneladas.