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DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

Zapatero sólo sacará el 'caso Piqué' en el debate si Aznar habla de la pasada corrupción socialista

Anabel Díez

No ha pasado tiempo suficiente desde que la estela de los casos de corrupción persiguió al PSOE para que el actual secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, se sienta cómodo en ese discurso a pesar de que él y su equipo se sientan ajenos a aquellos sucesos. Esta razón, junto a la decisión del PSOE de hacer una oposición sin griterío frente a la que realizó el PP, es la que empuja a Zapatero a no incluir siquiera el caso Piqué en el debate del Estado de la Nación pese a que algunos sectores de su partido le indican que, al menos, debe mencionarlo en el apartado que dedique a la política exterior. Zapatero negará al Gobierno que el diálogo sea una seña de identidad de su gestión y se atribuirá el mérito de haber logrado firmar los pactos antiterrorista y sobre la Justicia. En el debate ofrecerá de nuevo un pacto sobre inmigración que el Gobierno rechazó.

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El líder socialista tiene pensados los argumentos que utilizará el martes si el presidente del Gobierno, José María Aznar, se retrotrae al pasado y le echa a la cara los casos de corrupción de años atrás. Pero sólo lo hará 'en legítima defensa' y no a iniciativa propia. Desde esa perspectiva, hasta ayer mismo mantenía su resistencia a hablar del caso Piqué aunque en su entorno tratan de convencerle de que será 'inevitable' mencionarlo en el apartado de política exterior ya que Zapatero sí va a hacer una crítica severa en esta materia y, singularmente, a la 'desatención' hacia Latinoamérica. Otra de las rendijas por la que se puede introducir Piqué se encuentra en el apartado de calidad de la democracia, que es donde formulará críticas al Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal, por buscar la manera de desautorizar la decisión de los fiscales de sección de imputar al ministro de Exteriores.

La corrupción como asunto a debate depende también de las últimas acusaciones del PP al PSOE por la operación de venta de Prensa Sur. Se han disparado las alarmas después de que el PP se haya apresurado a titular este asunto como una 'Filesa-2'.

Pero todavía nada de esto figura en el discurso de Zapatero. No enumerará catástrofes sino que apuntará las carencias y denunciará la falta de reacción ante problemas que pueden llegar a ser graves si el Gobierno continúa 'paralizado', según personas de su entorno. Zapatero considera que la inmigración en España debe ser abordada con políticas integrales por lo que reiterará su oferta de lograr un pacto de Estado con el Gobierno, como ha hecho sin éxito durante meses.

El diálogo como instrumento o seña de identidad de la política del Gobierno será negada por Zapatero. Es más, ha habido acuerdo en esas parcelas, antiterrorismo y Justicia, porque el PSOE se ha empeñado a pesar de las primeras reticencias o desdenes gubernamentales, aseguran que presumirá Zapatero.

En el terreno del elogio propio y a la espera de que Aznar pueda situar al PSOE en la casilla de la 'insolvencia y la inmadurez', como ya he hecho, exaltará su propuesta sobre el IRPF, su proyecto para la UE y el modelo para una nueva Radio Televisión pública, tres de las últimas iniciativas de este partido.

El deterioro de los servicios públicos, singularmente la Sanidad, figura en las fichas de Zapatero con ejemplos sobre listas de espera en algunos grandes hospitales. La denuncia de la Ley de Universidades, 'por elitista', la baja calidad de la enseñanza pública, los problemas de la vivienda, la crisis agroalimentaria, la falta de inversión en infraestructuras, son capítulos seguros de su discurso. Las propuestas vendrán al día siguiente, miércoles, en las veinticinco propuestas de resolución que presentará a la Cámara, aunque Zapatero se reserva alguna para el martes ante su sospecha de que el presidente formulará algún anuncio 'estrella' de fuerte impacto social.

Zapatero, en una sesión de control al Gobierno.
Zapatero, en una sesión de control al Gobierno.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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