Cómo se distingue una falla

Lápices de colores, un cuaderno, una brújula y un martillo. Los útiles del estudiante de geología deben ser fáciles de transportar para poder subir con ellos las cuestas de las montañas; también han de servir para plasmar lo que ven, para poder explicar cómo es el suelo que pisan, de qué están hechas las en-trañas de la tierra y qué rocas hay en cada zona. Para ello es imprescindible salir al campo, mirar los cerros, aprender a distinguir las fallas y las edades geológicas con sólo mirar un paisaje.

Sobre la agreste geografía de Guadalajara, junto a la nueva presa de El Atace, tres grupos de estudiantes recorren el terreno. Cada uno de ellos está dirigido por un profesor. En este caso se trata de profesores de Geología Estructural, 'aunque para estas prácticas de primero, lo importante es enseñarles a ver y observar con detenimiento', dice Gabriel Gutiérrez Alonso, profesor de esta asignatura, dirigida por Fernando Álvarez Lobato, en la facultad de Geológicas de la Universidad de Salamanca. 'Para aprender geología es imprescindible que hagan las prácticas, que salgan al campo', explica.

Se trata de que, tras un año de aulas y libros, los estudiantes de geológicas vean en el campo cómo se distinguen los terrenos, qué tipo de roca hay en el Utrillas y cuál en el Cenomanense, cómo se distingue una falla en el cerro de enfrente, en el mapa topográfico y en la foto estereoscópica, y, en definitiva, el oficio de la geología. 'Lo importante, dice Gabriel Gutiérrez, es que aprenden a distinguir qué es lo que ven y cómo explicarlo. Por eso tienen que hacer dibujos en las libretas de campo y luego pasarlo al plano topográfico'.

En las ocho facultades de geología que hay en España se hacen este tipo de prácticas, aunque, dice Gutiérrez, 'en una facultad con pocos alumnos, como la de Salamanca, se pueden hacer grupos de 10 o 15 alumnos, lo que no es posible en otras, más masificadas'. En el mes de julio, Gutiérrez hará lo mismo, pero en Estados Unidos. Ha sido contratado por la Universidad de Pensilvania para dar dos semanas de prácticas a los alumos, en las montañas cercanas al parque de Yellowstone.

José Ramón Martínez Catalán, el catedrático de la asignatura, se ocupa de otro de los grupos. Lleva 26 años en Salamanca, así que recuerda que fue 'Carmina Virgili, cuando fue secretaria de Estado en 1982, quien instituyó que todos los alumnos de todos los cursos de todas las facultades de geología de España hicieran prácticas'.

Las piedras del AVE

Aprender a ver les será útil al menos en dos de las cuatro salidas profesionales más habituales de esta licenciatura. Por una parte, la búsqueda de minerales, sobre todo rocas industriales, como mármoles, pizarras, rocas para cemento o balasto, las piedras que se colocan por ejemplo bajo la vía del AVE. También se acordarán de estas prácticas los que trabajen como geólogos en las obras públicas, otra de las salidas más habituales. Otra posibilidad de trabajo es en sistemas de información geográfica. Y, por último, la enseñanza de asignaturas de ciencias en institutos. 'Lo que ya no es habitual', dice Gabriel Gutiérrez, 'es la búsqueda de minerales metálicos, de oro o plata. No hay más que ver el bajo precio al que está el oro'. Gutiérrez, sin embargo, ha pasado dos veranos buscando oro en Kirguizistán para una compañía canadiense.

Una buena parte de los alumnos de geológicas están en la carrera de rebote, como con cerca de la mitad de los 30 que participan en esta práctica, como Álvaro, querían hacer informática: 'Haces la selectividad y te mandan donde les parece. Un primo mío me dijo que esto estaba bien y la verdad es que estoy contento'.

Ése no es el caso de Verónica ni de Montse, ambas geólogas vocacionales desde 4º de la ESO, gracias a sus profesoras de Ciencias. A Verónica le gusta la geodinámica: 'Mi pasión son los volcanes. En esta práctica me lo estoy pasando genial y aprendo mucho. En clase sólo ves, pero aquí tocas'. Montse prefiere los fósiles. 'Me gustaría ser paleontóloga, trabajar en excavaciones, en laboratorio y reconstruir animales'.