Bruselas evita cerrar toda España por la peste porcina y se limita a la zona afectada
La decisión incluye comarcas de Cataluña, Valencia y Aragón
El Comité Veterinario Permanente de la Comisión Europea ha delimitado cuidadosamente las zonas españolas afectadas por la peste porcina evitando así una prohibición más generalizada a las exportaciones. Bruselas ha dictaminado el cierre de fronteras sólo para las provincias catalanas de Lleida, Barcelona y Tarragona (Girona queda libre de restricciones), la provincia valenciana de Castellón y las comarcas aragonesas de Benifar, Fraga y Tamarite de Litera.
El Comité Veterinario había decretado el pasado día 14 de junio el cierre de fronteras a cerdos vivos, semen, óvulos y embriones porcinos procedentes de Cataluña hasta el 30 de junio. La revisión de estas medidas, adoptada ayer, amplía el plazo hasta el 15 de julio, aunque unos días antes, el 10 de julio, revisará de nuevo tales medidas a la luz del desarrollo de la epidemia.
La peste porcina clásica, que es la que está sufriendo en estos momentos parte de la cabaña porcina española es enormemente contagiosa, pero no supone ningún peligro para la salud humana. El ministro español de Agricultura, Miguel Arias Cañete, informó esta semana que el origen del brote viene del Este de Europa. El Comité Veterinario Permanente, sin embargo, espera el resultado definitivo de la investigación española sobre este asunto.
Control exhaustivo Precisamente, el pasado martes, en el seno del Consejo de Agricultura de la Unión Europea, los ministros analizaron la propuesta de directiva sobre la peste porcina clásica. En ella se imponen obligaciones muy parecidas a las que ya están adoptando, como el establecimiento de zonas de protección de un mínimo de tres kilómetros en torno al foco de peste y de zonas de vigilancia, de un mínimo de diez kilómetros a la redonda.
El control será especialmente exhaustivo en la zona de protección, donde, como en el caso de la fiebre aftosa, toda persona que entre y salga deberá observar las medidas higiénicas pertinentes y donde serán especialmente desinfectados los vehículos de transporte de cerdos y otros productos sospechosos de estar contaminados.
Además, se han de sacrificar todos los cerdos de la explotación en la que se haya detectado un caso de peste, no se permitirá la entrada a las explotaciones de otros animales y se inmovilizará a todos los cerdos hasta treinta días después de efectuadas las operaciones de limpieza y desinfección.
En la zona más amplia de vigilancia, los movimientos de los animales vivos quedan restringidos mientras se censan todas las explotaciones porcinas y la salida de cerdos deberá esperar 21 días después de las operaciones de limpieza.
Por otra parte, el laboratorio estatal de referencia confirmó ayer la presencia de la epidemia en la granja de Penelles, en Lleida, donde el jueves ya se sacrificaron los 3.000 cerdos que había, y dos explotaciones más en las poblaciones cercanas de Gomés y Mollerusa, con lo que son ya seis las explotaciones de la provincia de Lleida afectadas por la peste porcina, en seis focos distintos: uno en Soses, dos en Golmés, otro en Mollerusa, otro en Vilanova de L'Aguda y el de Penelles. Hasta ahora se han sacrificado ya 23.000 cerdos en LLeida.
Mientras tanto, la maquinaria policial y judicial se han puesto a trabajar a fondo para desenmascarar a los responsables de introducir la peste porcina clásica en Cataluña a través de supuestas importaciones de lechones enfermos de algún país del Este de Europa. Los Mossos d'Esquadra (policía autonómica) han empezado a tomar declaración como inculpados a los ganaderos sospechosos y la Fiscalía de Lleida ha designado como fiscal especial del caso a Eduardo Piedrabuena, un experto en delitos contra la salud pública, para que a partir de este momento se dedique exclusivamente a investigar la trama de la entrada clandestina de cerdos.
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