El poder de la reforma educativa
La iniciativa educativa del presidente de EE UU le ha llevado a perder el Senado, aunque ha ganado a Ted Kennedy como aliado. Bush acaba de lograr una importante victoria con la aprobación bipartidista de la ley de reforma educativa, pero ha pagado un alto precio político al perder el control republicano del Senado.
El senador que provocó el terremoto con su deserción, Jim Jeffords, dirigía precisamente el comité de educación y les presentó cara a Bush y a su partido cuando le rechazaron su petición de aumentar el presupuesto de educación especial.
En el proceso ha habido otras sorpresas, aunque de naturaleza muy distinta. Nadie se imaginaba por ejemplo que uno de los principales aliados de Bush fuera a ser el senador demócrata Ted Kennedy. Luego se ha sabido que les une una amistad que trasciende la rivalidad ideológica. Ambos pertenecen a las dos únicas dinastías políticas de EE UU, que se profesan respeto y admiración, se intercambian felicitaciones e invitaciones.
Propuestas perdidas
Nada más elocuente que las fotos con los dos presidentes Bush que tiene Kennedy a la entrada de su despacho. 'Las tengo en un sitio donde pueden impresionar a mis amigos republicanos, pero no asustan a mis amigos demócratas', confesaba Kennedy la semana pasada. La extraña alianza entre los dos herederos de los clanes políticos ha hecho posible la reforma de la educación en Estados Unidos.
En el afán por saldar las diferencias políticas y aprobar una reforma bipartidista se han quedado fuera muchas propuestas, tanto demócratas como republicanas. Bush, por ejemplo, quería darles flexilidad a los Estados para gastar los fondos federales, y también propuso implantar un sistema de 'vales' o 'bonos' escolares guiados por la misma filosofía de premio y castigo.
Los bonos darían la opción a los padres de sacar a sus hijos de un colegio público y llevarlos a uno privado, cuando no estén satisfechos con la educación que reciben. La ley de reforma también ha excluido las peticiones demócratas de construir más colegios, contratar más profesores y reducir el tamaño de las clases.
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