Nacho Duato y Juan Cambreleng se enfrentan en público en el Real
El bailarín exige 10 actuaciones anuales y el teatro se las niega
El paseíllo fue tranquilo. Comparecían ante la prensa Juan Cambreleng, el director de orquesta Pedro Alcalde, y el responsable de la Compañía Nacional de Danza (CND), Nacho Duato. Los tres comenzaron con calma. El primer toro era una mona: hablaron de las actuaciones. Cinco, con un programa que incluye las coreografías Txalaparta, Petit mort y Enemy in the figure. La primera, estreno mundial firmado por Duato, 'un homenaje a ese sonido misterioso del instrumento vasco, que me lleva a otros lugares de Oriente, África, el Caribe, y me demuestra que el arte no tiene fronteras', dijo. También, en tres sesiones especiales, 'por auténtico deseo del público', según el director de la CND, se repondrá Romeo y Julieta.
Luego salió un sobrero, que resultó un miura que asombró a la plaza. Peso, unos 80 kilos; de nombre, Duato. Le preguntaron sobre las declaraciones de ayer a EL PAÍS, en las que el bailarín aseguraba estar harto de que la dirección del Real le zarandeara y de no aparecer en el programa de la próxima temporada por, dijo, 'falta de interés del teatro por la danza'.
Lo repitió y añadió más: 'Creí que nadie me iba a preguntar sobre el asunto. Me alegro de que lo hagan', empezó. 'Aquí tengo las docenas de faxes que he mandado a la dirección pidiendo explicaciones desde el 17 de noviembre, cuando me enteré de que no actuaríamos. No se me ha respondido y he tenido que hablar'.
Cambreleng le intentó apaciguar con verónicas un tanto deslucidas. 'Creo que el maestro García Navarro te lo dijo en una entrevista personal. Es una pena que él no esté aquí para corroborarlo', dijo aludiendo al director artístico, que se recupera de una enfermedad.
Luego, dio paso al picador y le espetó: 'Me alegro de que ahora, Nacho, hayas cambiado tu palabra maltrato por zarandeo, porque en esta casa todo el mundo te ha tratado muy bien y si te ponen caramelos en el camerino es porque la dirección lo indica'.
El miura saltó y dijo: 'Pero es que yo no quiero caramelos en el camerino, yo quiero mis 10 sesiones anuales en el teatro más importante del país porque el público lo demanda, porque llenamos cada vez que venimos'. Y repitió: 'Encima salimos baratos, costamos 20 millones y recaudamos 70. No importan tampoco las fechas, nos adaptamos, como si nos queréis meter fuera de abono, da igual. Quiero saber por qué con el Liceo tengo una colaboración anual conjunta, y aquí, no'.
Entraron los banderilleros y Cambreleng soltó: 'Me alegro de que digas lo del Liceo, porque allí has actuado menos veces que aquí. Tampoco es cierto que el teatro esté vacío la mitad del año, como has dicho. Hay 140 actuaciones, pero el resto de los días se prepara el escenario para otras cosas'. Luego, el gerente puso un par en todo lo alto: 'En fin, da lo mismo, el caso es que no hay hueco para la compañía el año que viene. Hay que dar paso a otros: vendrán el ballet de Víctor Ullate, el Royal Danish, el Ballet Nacional y el de Montecarlo. Además, vosotros ya habéis estado aquí cinco veces'.
'Cuatro, con cinco programas, diferentes', embistió Duato, que dio un susto a la grada: 'Sé que el Ministerio de Cultura me apoya y no puedo decir cuándo ni cómo, pero estoy seguro de que estaré aquí el año que viene', retó.
Al final, pitos y división de opiniones. Es lo que tienen los toros.
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