Nacho Duato se declara harto de que el Teatro Real le zarandee

'¡Cuál es mi sorpresa que me dicen que en 22 meses no vamos a volver a actuar aquí! No es por problema de fechas, porque, según ellos mismos, el escenario está vacío la mitad del año; no es por problemas económicos: nuestros 10 espectáculos cuestan 20 millones y calculo que recaudamos 70 en taquilla. Entonces, ¿por qué es? Por falta de interés; a este teatro no le interesa la danza, ni la que hacemos nosotros ni la de nadie'.

Lo dice medio derrengado, antes de pasar a ensayar, en el camerino del lugar a cuya dirección ataca. Si llega a ser en la calle, imagínense lo que hubiera añadido. Para hoy avisa: 'Hoy es la rueda de prensa de presentación del espectáculo; voy a comparecer con Juan Cambreleng, el director gerente. Si alguien me pregunta sobre esto, voy a contestar exactamente lo mismo que ahora'. Según Duato, existía un compromiso hablado entre él, el Ministerio de Cultura (cuando el secretario de Estado era Miguel Ángel Cortés) y la dirección del Teatro Real.

Dos años sin actuar

'Lo lógico es que una de las compañías públicas más importantes de España tenga la seguridad anual de hacer 10 sesiones en el escenario más importante también', dice Duato, 'pero el año pasado, que estuvimos aquí dos veces, dirán que fue porque Cortés nos enchufó. Ahora me anuncian que en dos años no vamos a actuar. Estábamos preparando coreografías, entre ellas un estreno de Ohsaad Naharin; ahora, ¿cómo le digo yo a mis bailarines que no tienen esta cita?', se pregunta.

O algo todavía más importante para ellos. 'Venimos aquí y llenamos todas las funciones, ¿Cómo le explicamos al público que no puede vernos? Este año, para esta ocasión ya me han querido poner la traba de coincidir con Madrid en danza. Vamos fuera de abono, vale; vendemos casi todo en la taquilla. ¿Por qué no podemos tener nuestras actuaciones anuales aseguradas?'.

Se pone, se quita las gafas imperceptibles, sonríe, degusta un caramelo de limón que le dejan los del teatro en el camerino. Para los malos tragos, se puede figurar uno... Y sigue: 'Hay que decir las verdades. Mucha gente opina que la programación de este teatro es un desastre. Pues bien, tendrá que decirlo alguien; ahora lo digo y pensarán que ahí viene ése, que es un chulo, con su mala leche de siempre, pero es que si no, no vamos a conseguir nada; alguien tendrá que bajarlos del burro'.

Duato se lanza y asegura que tiene el respaldo del ministerio y del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem), del que depende la Compañía Nacional de Danza (CND) que él dirige. 'Yo sé que voy a conseguir mis días. Parece mentira que no me conozcan. ¿Cómo voy yo a renunciar a bailar aquí? Lo que pasa es que ya estoy cansado de explicar qué es esta compañía y cómo nos consideran fuera; que este año hemos estado en Nueva York, en Lyón, en Alemania, en Australia... Y ahí tengo que estar, volviéndolo a contar, pareciendo un soberbio, que de verdad es algo que no soy; lo que ocurre es que me cuestan más las cosas en mi propio país'.