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Piqué afirma que la cooperación con Marruecos no tendrá mermas

El ministro corrige la declaración que hizo Aznar hace dos semanas

Piqué rectificó ayer con estas palabras el tono duro del presidente del Gobierno, José María Aznar, que el pasado 26 de abril elevó la tensión con el país magrebí hasta límites desconocidos en muchos años al declarar que 'nadie puede pensar' que el fracaso de las negociaciones del acuerdo de pesca con Marruecos 'no produzca consecuencias en las relaciones entre España y Marruecos y entre Marruecos y la Unión Europea'.

Piqué dijo ayer, en cambio, que el hecho de que no haya 'posibilidad de acuerdo de pesca no tiene por qué contaminar la cooperación futura' y reiteró que España seguirá aplicando los acuerdos vigentes con Marruecos, 'los más ambiciosos que tenemos', del mismo modo que las empresas españolas seguirán invirtiendo en el país vecino. 'En eso no va a haber ningún cambio', añadió el ministro, que negó que Marruecos haya tomado algún tipo de represalia contra intereses españoles.

Relación estrecha

'Quiero transmitir al Gobierno de Marruecos y al pueblo marroquí que es voluntad española establecer la relación más estrecha posible y que debemos crear un clima de confianza más sólido en función de hechos que se van a producir', manifestó Josep Piqué.

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El ministro aludía así a las peticiones que el Gobierno español hizo a Benaissa y al ministro marroquí de Interior, Ahmed Midaui, enviados con urgencia el pasado 27 de abril a Madrid por el rey Mohamed V para contener el primer brote de la crisis, de que Rabat actúe con más decisión contra las mafias de la droga y el tráfico ilegal de inmigrantes. Dada la tensión del momento, no hubo declaraciones oficiales al término de aquella visita. Las que hizo ayer Piqué son las primeras declaraciones oficiales sobre este tema. Lo importante ahora, dijo, es que el Gobierno de Rabat haga esos 'gestos' que se la han pedido para restablecer 'el clima de confianza'.

Josep Piqué viajó el jueves a Tánger para asistir a la cena inaugural del Foro Mediterráneo, que reúne a los ministros de Exteriores de España, Portugal, Francia, Italia, Grecia, Turquía, Malta, Egipto, Túnez, Argelia y Marruecos.

El ministro regresó a Madrid de madrugada, disculpándose de asistir a las sesiones de trabajo que se celebraron ayer porque debía presidir un seminario de la OTAN en Barcelona junto al secretario general de la Alianza, George Robertson.

No obstante, tras la cena, en la que se habló exclusivamente del conflicto de Oriente Próximo, encontró una media hora para conversar a solas con el ministro de Exteriores marroquí en el bar del hotel donde se realizaba el encuentro. Resultado de esa entrevista son las declaraciones que vuelven a marcar una vía positiva en las relaciones hispano-marroquíes. Benaissa informó ayer a la prensa marroquí de que Piqué le había confirmado el mantenimiento de la cooperación, incluida la conversión de deuda en créditos. 'Sin duda, en el futuro, vamos a intentar profundizar nuestras relaciones', añadió el ministro marroquí.

Fracaso en la pesca

Las palabras del ministro Piqué no significan que se haya superado totalmente 'el mal sabor de boca' -en expresión utilizada ayer por el secretario de Estado Miquel Nada- dejado por el fracaso de la pesca, y mucho menos que se abra una vía franca para las siempre difíciles relaciones entre los dos países vecinos.

Entre los conflictos planteados destaca, además de la inmigración ilegal y la droga, el malestar español porque se siga sin aplicar el arbitraje acordado en septiembre de 2000 a los conflictos judiciales que afectan a varias empresas, especialmente grandes contructoras como Dragados y FCC. Pero el ministro sí dijo claramente que, a pesar de lo declarado en su día por el presidente del Gobierno, José María Aznar, Madrid quiere olvidar el tema pesquero y cultivar todos los demás importantes aspectos de las relaciones bilaterales.

Citando al fallecido Hassan II, Piqué recordó ayer que 'España y Marruecos no sólo están condenadas a entenderse, sino que tienen vocación de hacerlo'.

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