Ingeniería política contra las intentonas golpistas

Por encima de las cuestiones puramente comerciales, la III Cumbre de las Américas que se celebra desde ayer en la ciudad canadiense de Quebec servirá para alejar los fantasmas golpistas en el continente y advertir de que no se tolerarán formas de involución semejantes a las protagonizadas por el ex presidente peruano Alberto Fujimori cuando protagonizó un autogolpe una vez alcanzado el poder.

Uno de los tres documentos que firmarán mañana, domingo, al finalizar la cumbre, los 34 presidentes y jefes de Gobierno del continente se refiere al rechazo tajante a atentados contra la independencia del poder judicial, el control de los órganos electorales o las violaciones de los derechos humanos y las restricciones a la libertad de expresión. Se establecerá para ello un sistema que contará con el protagonismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de los llamados 'países grandes' para afrontar esas nuevas técnicas de 'ingeniería política' y defender a ultranza las reglas democráticas con el fin de impedir que, a través de medios no totalmente anticonstitucionales, los políticos se perpetúen en el poder.

También estará presente sobre la mesa de la reunión de Quebec el polémico Plan Colombia, con el que la Administración de Bush pretende combatir la producción de cocaína en el país suramericano, pero que los países de la región temen que pueda desbordar el conflicto armado colombiano. Sobre el papel, el plan persigue no sólo el fin del narcotráfico, sino la resolución del conflicto armado con la guerrilla y el despegue económico definitivo del país.

Tras la sesión formal y la cena de gala mantenida ayer, la cumbre prosigue hoy con una larga sesión de trabajo y concluirá mañana a primera hora de la tarde.