Una intoxicación alimenticia en un centro escolar afecta a 140 niños de entre 4 y 11 años

Una intoxicación alimenticia ha afectado a 140 niños de entre 4 y 11 años, todos ellos estudiantes del colegio de primaria Eugenio María de Ostos, en el distrito de Moncloa. Francisco de Asís Babín, director general de Salud Pública, confirmó ayer que los afectados sufren una salmonelosis que pudo tener su origen en unas natillas en mal estado. Tres pequeños han tenido que ser ingresados, dos en la clínica Moncloa y uno en el hospital La Paz. Otros centros médicos de la zona atendieron a otros chavales, aunque no fue necesaria su hospitalización.

Los niños empezaron a mostrar los primeros síntomas de la enfermedad el miércoles por la noche, pero la alarma saltó el jueves. Ese día los responsables del colegio Eugenio María de Ostos avisaron a la Consejería de Sanidad de que 140 críos habían faltado a clase.

En ese momento se puso en marcha el operativo sanitario. Técnicos del área de sanidad del Ayuntamiento de Madrid acudieron al colegio, así como miembros de la consejería. Allí se obtuvieron muestras de los alimentos consumidos por los pequeños en el almuerzo del día anterior.

'El menú presentaba dos platos que podían ser la causa de la intoxicación alimenticia', señaló Francisco de Asís Babín, 'unos huevos fritos y unas natillas'.

Los huevos quedaron rápidamente descartados porque si se hubieran servido en tortilla podrían haber afectado a muchos pequeños, pero fritos difícilmente pueden afectar a tantos. La cáscara de un huevo puede contener salmonella, pero 140 niños no es normal que tomen 140 huevos en mal estado'.

Por eso, y a falta de las últimas pruebas del análisis, los responsables de la Dirección General de Salud Pública están convencidos de que la causa de la intoxicación se debe al postre que ese día se sirvió en el colegio Eugenio María de Ostos: unas natillas.

El postre

El postre servido a los pequeños no se trató de unas natillas envasadas al vacío, sino de unas natillas cocinadas a partir de un concentrado de polvo. 'Bien en la elaboración o en el posterior proceso de conservación se realizó alguna manipulación errónea', señala Babín.

Una de las posibilidades que se manejan es que se rompiera la cadena del frío en la conservación del postre.

Una vez que mañana la Consejería de Sanidad confirme cuál ha sido la causa de la intoxicación, se abrirá un expediente informativo para saber el estado en que se encuentran las cocinas de este centro educativo, así como para saber si los manipuladores de los alimentos obran correctamente.

'En ocasiones se han impuesto multas y en otras hemos recomendado que las personas encargadas de las cocinas fueran sustituidas porque estaba claro que incumplían reiteradamente las normas', explica Babín, 'pero lo más efectivo es que los técnicos de alimentación de Sanidad se sienten con los responsables del centro escolar y les recuerden las medidas de precaución que son necesarias seguir para evitar que se produzcan estas intoxicaciones'.

A finales del pasado mes de enero, 220 alumnos pertenecientes al colegio San José de Cluny, en Pozuelo, fueron víctimas de otra intoxicación a causa de unas natillas en mal estado.

Los chavales de este centro escolar comieron un menú integrado por paella, pescado rebozado y natillas. Pero fue el postre, mal conservado, el desencadenante de la intoxicación. De nuevo la cadena del frío se rompió.

Un chaval de 14 años tuvo que permanecer ingresado varios días en el hospital Gómez Ulla y otros fueron atendidos en las urgencias de otros centros hospitalarios. También entre los afectados por la salmonelosis en el colegio San José de Cluny había varios profesores.

La salmonelosis, Salmonella enteriditis, presenta un cuadro habitual de fiebre, vómitos y diarreas, que remite en dos o tres días. Sólo en caso de deshidratación o de intoxicación muy grave es necesaria la hospitalización de los afectados.